
El bachillerato popular es un proyecto político pedagógico cuya finalidad es cubrir las falencias de la educación y poder reinsertar a estudiantes que abandonaron la escuela por diversos motivos, La Matanza cuenta con dos espacios de este tipo, uno está ubicado en la calle Franklin 228, localidad de La Tablada y el segundo, recientemente inaugurado, se ubica en la localidad de González Catán sobre la calle Dragones 7.152.
Por Susana Jara
sjara@periodicosic.com.ar
El de La Tablada, actualmente tiene una matrícula de 62 estudiantes, quienes terminarán sus estudios luego de cursar tres años y recibirán el título en la especialidad de humanidades.
Noelia Vacaflor coordinadora de Memoria de Fuego, explicó que el bachillerato popular presenta “la modalidad de trabajo en la que docentes y estudiantes se encuentran a la par, y se intenta establecer una relación de iguales”, inmediatamente aclaró que esta manera de desarrollarse no significa que “uno pasa sobre el otro, sino que el estudiante en su rol tiene todo el derecho de decir qué no les gusta de la materia, o que por ahí sienten que el docente no está explicando del todo bien” y a su vez “los docentes le proponemos también a ellos nuestras consignas”.
Con ello, los estudiantes “ven que su rol es importante y que no se los toma como en la escuela tradicional donde hay que llenarlos de contenidos”, agregó.
Una de las modalidades de participación de los jóvenes es reunirse en asamblea, una vez por mes, y en ella debatir y establecer acuerdos y propuestas educativas.
En tanto que, los docentes en el aula trabajan en “parejas pedagógicas”, a partir de esta práctica se logra un seguimiento más cercano de cada estudiante y es considerada como “un instrumento fundamental para llevar a cabo esta experiencia”, relató el profesor Martín Cifuentes.
Materias y calificaciones
Según la coordinadora, las materias apuntan a tres ejes interdisciplinarios: “anticapitalismo, antipatriarcado y movimientos sociales latinoamericanos”.
En cuanto a las notas evaluatorias, docentes y estudiantes acordaron que “la calificación sea conceptual y no numérica, porque considera a la evaluación como un proceso durante toda la cursada”.
En búsqueda del reconocimiento
El bachillerato está en vías de ser reconocido por el Estado, lo que implica que los títulos sean oficiales y que los docentes cobren un sueldo.
Además, este espacio integra la Coordinadora de Bachilleratos Populares, donde de los treinta estudiantes solo siete fueron oficializados y el resto ya entregó sus carpetas al Ministerio de Educación Provincial.
Con respecto a ello, Victoria Aguiló, integrante de la coordinadora aseguró que es un “recorrido burocrático”. Ya que, por ejemplo, uno de los requisitos que el Estado exige para su oficialización es que estos espacios tengan sus aulas “en buenas condiciones”, lo que en la mayoría de los casos se dificulta porque “funcionan en merenderos y comedores”, aseguró Aguiló.
Un nuevo bachillerato popular
Los Ceibos abrió sus puertas en abril de este año en la localidad de González Catán, en la calle Dragones 7152.
Tienen el proyecto de conformar una radio barrial, cuando sus egresados se reciban en comunicación social.