El cineasta de 37 años, que actualmente reside en Villa Madero, le adelantó a S!C parte de los trabajos que está por concluir y que presentará
este año ante la comunidad matancera.
Por Cinthia Bistolfi
cbistolfi@periodicosic.com.ar
El encuentro programado tuvo lugar en una cafetería de la localidad de Tapiales. Martín Biaggini comenzó por compartir aquello que más parece apasionarlo, su trabajo. Recordó sus aspiraciones cuando comenzó a estudiar la carrera de cine y afirmó que en un principio solo le interesaba la realización de productos de ficción, hasta que años después descubrió que lo que realmente le entusiasmaba era el documental.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
De lo que es local, estoy terminando el libro de Villa Celina y barrios vecinos que abarca el casco histórico de Celina, el barrio General Paz, los tres barrios pilotos que son Sarmiento, Vicente López y Urquiza (ahora J. M. de Rosas), las cooperativas nuevas, las legales y las ilegales, y los asentamientos de emergencia: Achiras y 17 de Noviembre. Todo lo que sería el radio del Riachuelo, Boulogne Sur Mer, Ricchieri y General Paz. Hace tres años que lo estoy escribiendo, tiene puntos muy fuertes porque creo que pude deducir cuál es el verdadero origen del nombre de Villa Celina, del que hay muchas versiones dando vueltas. También estoy filmando un documental, con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, sobre la casa de la familia Borlenghi, situada en La Matanza. Como muchos saben, Ángel Borlenghi fue el Ministro del Interior de Perón durante sus dos primeras presidencias. Con la revoución del ´55 la familia se tuvo que exiliar y se les expropiaron los bienes. Esos serían los dos trabajos más importantes, después estoy finalizando otro libro que trata sobre la escuela Nº 9 de Villa Madero, que fue la primera construida en esa localidad, de la que realizamos un documental el año pasado que fue seleccionado en tres festivales internacionales. Esos serían los dos trabajos más importantes, después estoy finalizando otro libro que trata sobre la escuela Nº 9 de Villa Madero, que fue la primera construida en esa localidad, de la que realizamos un documental el año pasado que fue seleccionado en tres festivales internacionales. Y, finalmente, otro trabajo que ya lleva cinco años y que también terminaría este año, que es el de la historia de Lomas del Mirador. Se hizo una investigación para saber de dónde provenía el nombre del barrio.
¿Por qué tanta pasión en querer documentar la historia de los barrios de La Matanza?
Lo primero que estudié en mi vida fue cine con la idea de querer filmar películas de ficción, pienso yo, como todo el mundo que estudia cine. Cuando estudié cine me enamoré del documental, me di cuenta que me gustaba este género y cuando tuve que hacer uno descubrí que se pueden contar dos millones de cosas y a veces no te das cuenta que en este mundo globalizado donde vivimos, la aldea es una sola. El mundo es una pequeña aldea y lo que pasa en la esquina de tu casa es un proceso que tiene que ver con cuestiones muy macro así que empecé por preguntarme qué pasaba en la esquina de mi casa y ahí me di cuenta que todos los temas son universales. Por ejemplo descubrí que el primer vuelo nocturno a nivel mundial se realizó de Villa Celina a Lugano y que la mayor parte de la glicerina que utilizó Hitler en la Segunda Guerra Mundial se hizo en la fábrica de Jabón Federal de Villa Madero.
Esas son cosas que nadie sabe y que tiene que ver con procesos internacionales, por eso digo que lo que sucede acá parece ser chiquito pero que en ningún momento lo es.
Por otro lado, soy muy localista, no necesito ir a filmar un documental a la Puna, me parece que lo que está pasando acá es grosísimo en todo sentido.
Pero, ¿por qué el interés de decir, por ejemplo, voy a estudiar Tapiales?
La cuestión es que empecé con mi barrio y después me di cuenta que no estaba estudiado el tema de los barrios en ningún lado de Matanza. Recién ahora hay tres asociaciones de historiadores (la Junta de Estudios Históricos de Lomas del Mirador, la Junta de Estudios Históricos de la Universidad de La Matanza y el Centro de Estudios Históricos de La Matanza) que antes, cuando yo empecé, no estaban. Me llamó la atención la gente de Luzuriaga que no entendían porqué el barrio se llamaba así cuando el dueño era un tal Méndez. Después de ahí pasamos a Lomas del Mirador, luego hicimos el Jabón Federal, también estudiamos el primer vuelo nocturno que se hizo a nivel mundial y que hay registros en la Fuerza Aérea Argentina.
Con respecto al armado de los documentales, ¿cómo los organizas?
Hay una etapa de preproducción que es la de los archivos donde somos dos o tres los que recavamos información, fotografías, escrituras. Luego pasamos a la segunda etapa que es la de historia oral, entrevistamos a los vecinos pioneros. Si es un libro, hay una parte formal, si es un video hay una parte argumentativa, el video tiene que contarte una historia entonces tratamos que hablen los vecinos, los que hablan son ellos y ellos son los que cuentan las historias.
A las entrevistas les aplico un método cualitativo porque estas, por si solas, no me dicen nada, entonces yo aplico el método cualitativo de las ciencias sociales y el montaje ruso del cine. Entonces al mezclar en categorías lo que los vecinos me cuentan, el análisis que surge de eso es muy interesante. Yo entrevisto por separado, luego edito los testimonios de cada uno y los voy alternando para que deje de ser la opinión de un vecino individual y pase a ser la opinión de una comunidad.
¿Presentaste tus trabajos audiovisuales en algún festival?
Si, fueron presentados en dos festivales de España que se dedican a cine Iberoamericano, en uno de México, en el San Salvador de Jujuy Corto, en el de Chile. Por otro lado, como son documentales de historia también los presento en el de Cine Documental y en jornadas de historia, como las que organizan la Universidad Nacional de La Matanza y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
¿Los expusiste ante las entidades municipales?
No, excepto el de la Escuela Nº 9 porque fue seleccionado en festivales internacionales. Esta escuela la vengo estudiando hace varios años porque fue la primera en Madero y el año pasado la comunidad descubrió que la escuela había perdido su nombre original a causa de uno de los golpes de estado. Es así como la directora empezó un proyecto y pudo recuperar el nombre original del colegio. Por eso mismo, el Concejo Deliberante de La Matanza pidió que lo proyectaran y lo declararon de interés municipal.
Para cerrar, ¿cómo sentís que retribuís a la sociedad a través de tu trabajo?
Creo que el trabajo interesa, no solamente por los lectores y por el público en sí, sino también por la gente que se va sumando y porque nos vamos conociendo. Aparte el otro día me contactó por Facebook un chico de Aldo Bonzi, que también comenzó a investigar su barrio, a lo que le dije que me parecía muy bien porque hay muy poco material de Aldo Bonzi. Creo que cada vez somos más y hay toda una movida para la recuperación de lo local.
Además, estoy en otro colectivo de trabajo que se llama “TV Matanza Cultural” que está enmarcado en la nueva ley de medios. Somos residentes de la zona que decidimos armar un canal de televisión cultural que transmite por Internet contenidos culturales desde La Matanza.
¡Muy interesante! Mis felicitaciones por el trabajo que está realizando MARTÍN BIAGGINI, ojalá un día haga un documental sobre «La Tablada».
¡Muchos éxitos!