Alberto Pierri pretende resucitar su rancio espacio en La Matanza


Mandó sondear dirigentes con Raúl Leguiza, otrora hombre fuerte del Distrito en los años ´90. El objetivo es un armado de base que
posicione a un candidato hacia 2015. Ligado a los más nefastos tiempos de La Matanza, el aparato de Pierri se derrumbó cuando
perdió contra Alberto Balestrini.

Por Claudio Kappeler
ckappeler@periodicosic.com.ar

Su nombre no volvió a aparecer como pieza política desde el 9 de mayo de 1999, cuando Alberto Balestrini se quedó con la interna del Partido Justicialista, derrumbando una década de negocios y desbarajustes que hundieron a La Matanza en la pobreza y el abandono. Alberto Pierri se dedicó entonces sólo a sus empresas y en el Distrito ya no se tomaba ninguna decisión bajo su mando.
La dirigencia del PJ, que creció bajo su cobertura, mutó hacia otras filas y/o intentó reinventarse desde el armado propio, en todos los casos chocando contra la pared de la nueva época. Así se fueron deshilachando, en los últimos trece años, personajes como Héctor Cozzi, Abraham “Toto” Delgado, Juan Carlos Piriz, Raúl Leguiza y una larga lista de impresentables que deambulan por La Matanza con la única intención de recuperar sus años de gloria económica.

En los ´90, decir Alberto Pierri era decir La Matanza. Manejaba todo, no había decisión que no pasara por sus manos. De hecho, a Héctor Cozzi se lo recuerda como un mero títere de aquel circo nefasto que grabó a fuego una metodología de hacer política que, indefectiblemente, años más tarde terminaría en la Justicia.

Ese aparato tenía la envergadura suficiente como para dar vuelta una elección nacional. En aquellos tiempos, se hablaba de un distrito con más de un millón doscientos mil habitantes y quinientos mil electores. Pero también de un territorio con el 25 por ciento de desnutrición infantil.

“Le puedo asegurar, señora, que los punteros del PJ de La Matanza se aprovechan de nuestra miseria para acarrearnos como animales a los actos que organiza Pierri”. La frase corresponde a un afiliado justicialista y fue escuchada durante una reunión por Hilda “Chiche” Duhalde, según se cita en el libro El Entorno, de Daniel Otero.

En todos los frentes

El periodista Hernán López Echagüe, de Página/12, también se ocupó de develar lo que ocurría en aquellos tiempos en el Distrito. En una de sus investigaciones detalló cómo se reclutaban los patoteros y las relaciones entre el presidente de la Cámara de Diputados Alberto Pierri y Alberto Brito Lima, del Comando de Organización (C de O).

“Todas las corrientes del justicialismo de La Matanza, en particular el Comando de Organización y la Liga Federal que lideran Alberto Pierri y el gobernador Eduardo Duhalde, recurren a los servicios de los changarines para conformar los célebres grupos de choque”, detallaba.

Uno de los nombres que sobresalía por sus manejos en el Mercado era el de Raúl Leguiza, dirigente pierrista que había sido nombrado por Eduardo Duhalde como director de la corporación. Se lo mencionaba como el hombre con mejores relaciones con los grupos de changarines y las Cooperativas del MC.

Raúl Leguiza se desempeñó como changarín, pero el 6 de enero de 1992 tuvo su regalo sorpresa al ser nombrado como director del Mercado. Su esposa, además, ocupaba un lugar en el Concejo Deliberante de La Matanza.

Otro de los frentes que manejado por “el aparato” era el judicial. Haciendo un recorrido por la provincia de Buenos Aires se mencionaba a Raúl Otacehé en Merlo, Hugo Curto en Tres de Febrero, Reynaldo Pierri hermano de Alberto en Lomas de Zamora, Aníbal Fernández en Quilmes, y obviamente Alberto Pierri en La Matanza, aunque también se lo vinculaba con los manejos del Poder Judicial de Morón.

El accionar de la Policía Bonaerense también tuvo su capítulo aparte en aquellos tiempos. En La Matanza, el nombre de “Chorizo” Rodríguez retumbó tan fuerte que el escándalo traspasó las fronteras del Distrito (Ver “El Chorizo Rodríguez…”).

El principio del fin

Desde el ámbito comunal, la oposición comenzó a ametrallar con denuncias de supuestos hechos de corrupción que tenían como principal sospechoso al por entonces intendente Héctor Cozzi con varios funcionarios salpicados. Alberto Pierri salía indemne y su estrategia cerraba a la perfección: manejar absolutamente todo pero sin figurar, sólo dando órdenes.
El jefe comunal terminó destituido de su cargo. El presidente de la Cámara de Diputados no quería darse por vencido y su sector se rearmaba para disputar las elecciones internas contra un Alberto Balestrini al que no se le daba ninguna chance de triunfo.

En las elecciones de aquel 9 de mayo, Alberto Balestrini iba de punto hacia una pelea supuestamente imposible contra el aparato de El Muñeco así se lo conocía a Pierri. Pero la tortilla se dio vuelta cuando el viejo esquema cayó desplomado, empezaba un nuevo tiempo para el justicialismo de La Matanza y fueron pocos los que pudieron adaptarse, y muchos menos los que no llevaban una imagen paupérrima en la mochila sin lugar en el nuevo escenario.

El nuevo capítulo


Hubo varios intentos de los denominados ultrapierristas por recuperar el poder de La Matanza. El último recordado fue en 2003, cuando el hoy diputado provincial Juan Carlos Piriz se presentó como candidato a intendente de Carlos Saúl Menem. Pero en esa oportunidad, cuando el ex hombre fuerte quiso pedirle recursos al otrora dueño de La Matanza, no hubo caso, la negativa fue contundente.
Por estos días, el muñeco vuelve a ser noticia en el Distrito cuando su cadete Raúl Leguiza se encarga de diseminar la supuesta idea de una reinvención que los ponga a competir contra el intendente Fernando Espinoza en 2015. A priori una idea con altos sesgos de comicidad que pocos creen.

Leguiza se hace llamar el hombre “mandado por Pierri para armar”. Claro que un breve recorrido por el espinel que podría acompañar la iniciativa no da señales claras de que la orden haya sido tal.
Sin embargo, el exdirector del Mercado Central que en parte de los años 2000 debió dejar la comodidad del auto por el colectivo ya se comunicó telefónicamente con varios dirigentes para instarlos a mantener asiduas reuniones en ese sentido.

Uno de los hombres al que se le reconoce haber tenido aceitada relación con Alberto Pierri y que hoy sigue activo en la vida política de La Matanza es el concejal Adrián Verdini. S!C se comunicó con el edil y fue lapidario a la hora de evaluar la situación: “En el Distrito hay gente que usa el nombre Pierri en beneficio propio, a mi no me consta que esto sea cierto”. Verdini, además, elogió la figura del expresidente de la Cámara de Diputados.

Se sabe en este marco que, en caso de avanzar este supuesto, el aparato del muñeco ya no es tal y siquiera se podría pensar en un dirigente que sobresalga por el resto para ponerse el saco de candidato. No hay uno sólo que no esté manchado por la década del ´90, y mucho menos algún trasnochado con instinto sucida.

 

“Chorizo” Rodríguez en la era Pierri


Corría el año 1994 cuando, un informe televisivo de Telefé, comprobó la vinculación de funcionarios policiales de la Brigada de La Matanza con la distribución de drogas, la protección a delincuentes y el cobro de habilitaciones para desempeñar actividades ilegales de todo tipo. Como mayor responsable aparecía Mario “Chorizo” Rodríguez, el jefe de esa división policial.
Dos años después, la revista Noticias publicó un artículo titulado “Maldita Policía” mote que sobrevive hoy en el inconciente colectivo, en el que habló del patrimonio de Rodríguez.
En 1994 había ingresado a la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires una denuncia que se refinería a la vinculación entre la Policía y la política en negocios sucios. Alberto Pierri era mencionado en esa denuncia.

Un comentario sobre «Alberto Pierri pretende resucitar su rancio espacio en La Matanza»

  1. MEJOR ME VOY COMPRANDO UNOS PASAJES PARA IRME A UTA POR QUE SI VUELVE EL MUÑECO YO, MI HEMANO, FAMILIA Y LOS INUTILES QUE ME RODEAN VAMOS A JUNTAR CARTONES O LA LAVAR ALZONES EN LA CARCEL

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