Aún existe un sector del poder que vulnera los derechos de las mujeres



Las pocas campañas de concientización y prevención sobre violencia de género, sumado a la falta de capacitación de algunos responsables de recepcionar denuncias y contener a las víctimas, así como la existencia de una cultura patriarcal firmemente instalada en gran parte de los organismos públicos, judiciales y en la misma entraña de la sociedad, dan como resultado una doble victimización de las mujeres que se atreven a denunciar algún tipo de agresión sistemática.

Por Ángela Tobar
atobar@periodicosic.com.ar

Actualmente hay una gran contradicción, porque hay más recepción para captar las denuncias y hay más información, pero cuando este caudal de mujeres que se anima a denunciar llega a la etapa judicial, en su mayoría cae en el embudo y en la inercia de la misma justicia”, resumió Nelly Borquéz, miembro de la red de mujeres de La Matanza y referente de la Casa de la Mujer Rosa Chazarreta, ubicada en la localidad de Isidro Casanova.

El trabajo de las ONG que se ocupan del tema de violencia del género en el Distrito, se manejan de manera articulada con las dos Comisarías de la Mujer que existen en el Partido, una se encuentra en San Justo y la segunda, que comenzó a funcionar plenamente hace dos años en Virrey del Pino, además coordinan actividades con la Defensoría del Pueblo local y la Secretaría de Desarrollo Social local.

De esta manera, la responsabilidad de asistir, contener y orientar a la gran cantidad de mujeres que se atreve día a día a denunciar situaciones de violencia, recaen en las comisarías y las ONG, pero muchas veces esos avances que se logran, al visibilizar la violencia, se ven frustrados por un sistema judicial que actúa de embudo y no permite avanzar en la conquista de derechos del sexo femenino.

Borquéz graficó esta situación al explicar que “el juzgado continúa realizando mediaciones, entre las dos partes (la denunciante y el agresor). Y eso es algo común para ellos, pero no entienden que en el tema de violencia la mediación no debe existir, lo prohíbe la ley. Cómo va a permitir un juzgado que una mujer que denuncia a su marido por agresión se siente delante del mismo. Eso es una doble victimización”.
Y agregó: “Hay cosas positivas en la ley, pero es lamentable, el mismo Estado las vulnera, unido a la tardanza y mal asesoramiento de las leyes por parte de los juzgados. Hay muchas más bocas para hacer denuncias pero hay una traba judicial que obstaculiza todo”.

Es valedero aclarar que la mediación es un método que permite la resolución de conflictos de manera pacífica, a través del diálogo entre las partes, donde el mediador como tercero neutral las acompaña para que ellas mismas, como protagonistas, encuentren las soluciones más beneficiosas. Pero en el caso de violencia de género la mediación se encuentra prohíba por ley, porque se entiende que el rol de poder que juega el hombre impide que la mujer pueda sentarse a mediar en igualdad de derechos y condiciones.

La Ley Nacional 26.485 de Protección Integral a la Mujer contra toda forma de Violencia fue sancionada por el Congreso de la Nación Argentina en el año 2009, y se halla vigente desde el 14 de abril de ese año, en ella se reafirma que “está vedada la mediación”, en los procesos de actos de violencia de género.

“Pero muchos juzgados violan la ley porque están manejados por la visión de una cultura patriarcal en la que se cree que la mediación es un derecho del hombre y no analizan que en los casos de violencia de género se pone en riesgo la seguridad de la mujer”, analizó Borquéz.

Por su parte, la Subcomisario y jefe de la dependencia Comisaría de la Mujer y la Familia de La Matanza, Miriam Beatriz Lobato, explicó a Periódico S!C que en esa institución se “contiene desde la recepción de la problemática, la señora que se decidió a denunciar un maltrato de años, se acerca y expone su problemática, nosotros le damos toda la información y ayuda necesaria para que esa mujer con su fortaleza pueda seguir el camino por la ruta judicial”.

Aunque admitió que son “muy pocas las denuncias que terminan por la vía judicial, hay muchos obstáculos”.

Marcela Molo, operadora asistencia grupo en la ONG Mujeres en Acción de Ciudad Evita, opinó que “el Estado no está presente en esta problemática, el juzgado hace mediaciones cuando se sabe que por ley en violencia la mediación no debe existir, la ley no es tomada en cuenta por muchos sectores de la justicia. Hace falta más capacitación y concientización del riesgo que corre la mujer”.

Mientras que la abogada, Fabiana Gugliotta referente de la ONG 25 Mujeres de Ciudad Madero, expresó que “hay más denuncias porque existe más información, y los medios jugaron un rol importante para alertar a las víctimas, se le dio más importancia a la problemática” y planteó que el gran problema nace porque “no todas las personas encargadas de atender las denuncias están capacitadas, se siguen cometiendo errores”.

Además, criticó que en el Distrito existen “dos juzgados que no entienden bien la problemática. Por eso, desde la ONG 25 Mujeres nos encargamos de realizar una protesta pacifica al llevarles las leyes para que la repacen y se capaciten”.

Pasos para denunciar

Los movimientos para denunciar inician cuando la víctima efectúa la denuncia, la misma debe ser tomada por cualquier comisaría. A los dos días de haberla realizado las denunciantes deben acercarse a la receptoría de expediente para saber cuál es el juzgado que interviene, luego se hace una presentación espontánea en el juzgado y la trabajadora social le va a dar la primer medida, que sería el cerco perimetral o la exclusión del agresor.

Debe quedar claro que hasta ese momento la mujer no necesita de un abogado. Al renovar la medida, que será luego de dos o tres meses, si necesitará un abogado y de no poder costearlo deberá solicitarlo a Defensoría del Pueblo local.

Qué es el ciclo de la violencia


Existe un momento de luna de miel en la pareja, con el tiempo va aumentando la tensión entre ambos, se efectúa la descarga y se produce la explosión violenta, la mujer reacciona y abandona el hogar, se decide a denunciar. Luego el agresor se muestra arrepentido, pide perdón, promete un cambio y comienza nuevamente el ciclo, con la luna de miel.

Muchas mujeres logran escapar del ciclo de violencia en el que se ven envueltas, “pero la gran mayoría lo logra luego de varios intentos, denuncian y generalmente luego desisten y vuelven con el agresor, porque creen que va a cambiar. Con el tiempo, surge una nueva situación en la que quizás la mujer se siente en alto riesgo, y en esa ocasión se decide abandonar el hogar y denunciar”, remarcó Marcela Molo, operadora asistencia grupo de Mujeres en Acción que trabaja en la localidad de Ciudad Evita.

“Las situaciones se resuelven sí o sí, cuando la mujer se decide a salir de ese círculo, nadie puede decidir por ella. Pero es verdad que si la víctima está acompañada por amistades, familias es más fácil decidir”, aclaró.

La subcomisario Lobato, agregó que de “la explosión que produjo el golpe la mujer se decide y se acerca a denunciar, luego volvemos al ciclo la luna de miel, la víctima piensa que el agresor va a cambiar y se produce el golpe nuevamente. A veces se desiste de la denuncia y si el agresor no hace alguna terapia o recibe ayuda desde afuera el ciclo se vuelve a repetir”.

Por su parte, Fabiana Gugliotta opinó que para que la mujer logre salir de este círculo “es muy importante el acompañamiento terapéutico, para fortalecerla. Si no hay un apoyo terapéutico atrás, se vuelve a caer en el círculo de violencia. Es increíble ver a la mujer cuando logra dejar ese círculo, cuando siente que recupera la libertad les cambia hasta el color de piel, se ven más tranquilas con otro ánimo”.

Más voces que gritan “basta de violencia”


Las referentes consultadas coincidieron en que se registra un aumento de las mujeres que se animan a denunciar el maltrato sistemático, “ahora la mujer tiene más lugares que le ofrecen la posibilidad de denunciar al maltratador, de ser escuchadas, contenidas y hay más información acerca de los derechos, ya no hay tanto temor como antes”, argumentó la Sub comisario Lobato.

Por lo que agregó que a su parecer “hay más información y más contención por parte delEstado que se está ocupando de la problemática de violencia familiar”.

El destacamento que se ocupa de la mujer y la familia, se encuentra ubicado en Ombú

3720, San Justo, es una casa cercana a la Ruta 3, al entrar hay una sala de espera en la que las denunciantes aguardan ser llamadas, para comenzar a resolver su conflicto y lograr salir del círculo de violencia en el que están inmersas. Más adelante se ingresa al interior de la casa, en la que es recibida por un efectivo que escucha, orienta y toma las denuncias. A su alrededor se pueden observar decenas de folletos que informan sobre los distintos tipos de violencia e incentivan a denunciar. Mientras que a la derecha de la recepción se encuentra un sector con juguetes en los que los niños que acompañan a sus madres violentadas, encuentran un espacio de distracción.

Desde la comisaría se informó que se ofrece a las denunciantes “la contención de un gabinete interdisciplinario compuesto por abogados y psicólogos quienes son los que realizan la primera escucha, contención y orientación para luego derivar a los juzgados y
ONG”.

Categorización de los tipos de violencia, según Ley Nacional 26.485


Física: La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física.

Psicológica: La que causa daño emocional y disminución de la autoestima. Busca degradar o controlar comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso.

Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital.

Económica y patrimonial: La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer.

Simbólica: La que a través de patrones estereotipados, mensajes reproduzca dominación, desigualdad, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

Modalidades de Violencia

Violencia doméstica: Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres.

Violencia institucional: Aquella realizada por agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas.

Violencia laboral: Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo.

Violencia contra la libertad reproductiva: Aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos.

Violencia obstétrica: Trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.

Violencia mediática: Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación.

Más presupuesto

La Ley Provincial 12.569 de Violencia Familiar, fue publicada por el boletín oficial en enero del 2001 y en ella se considera que la creación de la Casa Refugio para mujeres golpeadas y sus hijos es “un recurso de real importancia en respuesta a la creciente demanda por situaciones graves en las que se hallan involucradas mujeres y sus hijos, víctimas de la Violencia Familiar”.

Por lo que dentro del marco del Programa de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar que depende de la Dirección General de Infancia y Familia de la Subsecretaría de
Desarrollo Social y teniendo en cuenta esta ley Provincial, al igual que la Nacional que en sus artículos expresan: “Deberá generar con los Municipios y las entidades comunitarias casas de hospedaje en cada comuna que brinden albergue temporario a los niños, adolescentes o grupo familiar que hayan sido víctimas».

La creación de estos refugios, permitiría que la mujer tenga un espacio de reflexión y de contención que le permita decidir los pasos a seguir, pero según consideraron “la falta de presupuesto destinado por la Provincia de Buenos Aires impide la concreción de estos lugares”.

“Estamos buscando tener un lugar de tránsito en La Matanza un espacio que contenga, crear un lugar donde la mujer vaya aprender un oficio para poder sustentarse. Es un sueño que esperamos se haga realidad. Ahora tenemos el trabajo de lograr viabilizar ese proyecto en el territorio, pero la realidad es que faltan recursos”, informó Lobato y ejemplificó que en el Distrito “se necesitaría más de dos refugios para comenzar”.

Nelly Borquéz reafirmó que “falta presupuesto para la creación de lugares de tránsito” y consideró que a su parecer “no hay que aislar a la mujer, para el Estado es más barato recluir al golpeador que crear lugares para asistir a la mujer y sus hijos. Pero faltan decisiones políticas”.

Por su parte, Fabiana Gugliotta opinó que la ausencia de un lugar de tránsito se debe “netamente a la falta de decisión política, porque hay gran cantidad de lugares sin uso en el Distrito que se lo podría adaptar para este fin”.

Descentralización de las oficinas


A principio del mes de agosto, se puso en funcionamiento cuatro nuevas Oficinas de Atención a las Víctimas de Violencia de Género en las localidades de Villa Madero, Gregorio de Laferrere, Rafael Castillo y González Catán.

“El pasado 10 agosto hicimos una presentación de oficinas de atención, dada la demanda y el trabajo que había se pensó de acuerdo a las estadísticas que manejábamos, que se debía descentralizar el trabajo de aquí (de la comisaría de San Justo) y llegar a las zonas donde la gente no puede acercarse por problemas económicos o de tiempo, ya que hay mujeres que se escapan a denunciar cuando hacen las compras”, argumentó la subcomisario, Miriam Lobato, jefe de la dependencia de la Comisaría de la Mujer y la Familia de la localidad de San Justo.

“El fin de esta descentralización es el de cubrir más territorio con la especificidad que es la temática de violencia familiar. Estamos trabajando bien”, sintetizó.

Marcela Molo, operadora asistencia grupo de Mujeres por la Vida, celebró esta descentralización al manifestar que “las mujeres no llegan fácil a los centros, por miedo buscan zonas que no tengan que ver con su barrio, por eso se van a denunciar lejos de sus hogares, para que no la persigan y el tener una oficina en distintas localidades facilitará el acceso a la denuncia”.

Por su parte, Nelly Borquéz subrayó que es “necesario que funcione un comité de emergencia, desde la comisaría de Virrey del Pino no da abasto con las denuncias. La creación de más oficinas es muy positivo, porque queda claro que existe un intento de abrir el tema y reforzar la información para que la mujer y su círculo tomen conciencia de que la violencia se debe denunciar”.

Glugliotta aclaró que “no siempre alcanza con querer ayudar a una víctima de violencia. Es muy importante abrir espacios pero también lo es tener un personal capacitado que sepa cómo actuar, cómo trabajar la problemática, así como qué es lo que debe decir y que no, cómo debe acompañar a la víctima. Nuestro trabajo es el de facilitarle el camino a la mujer, ofrecer las herramientas para que ella pueda tomar la decisión”.

Algunos números


Durante el 2011 la Comisaría de la Mujer y la Familia de San Justo registró más de 8 mil denuncias, mientras que en el primer semestre del 2012 se recepcionaron 4300. De este número casi 1700 fueron denuncias penales, que es el tipo de violencia que puso o pone en riesgo la vida de las denunciantes. Mientras que en el 2011 fueron casi 2 mil las denuncias penales que registró la dependencia de San Justo.

En lo referente al perfil de las víctimas, según se detalló a S!C desde la ONG 25 Mujeres, “La mayoría de las mujeres son mayores de 30 años y soportan al menos entre 8 y 10 años de violencia antes de hacer la primer denuncia”.

Datos

Mujeres en Acción: Cátulo Castillo 1297, Ciudad Evita. Contacto: 44622548 o correo electrónico. mujeresenaccion@yahoo.com.ar.

Casa de la Mujer Rosa Chazarreta: Bedoya 6315, Isidro Casanova. Contacto 44677045
casarosachaz@yahoo.com.

Comisaría de La Mujer sita en la calle Ombú 3270, San Justo. Contacto. 4484-5826.

La Comisaría de la Mujer está ubicada en la calle Gorostiaga 5.880, a la altura del KM 40, en la localidad de Virrey del Pino. El teléfono es: 02202497000.

Asociación civil Generar: Castelli15, localidad de Ramos Mejía. Contacto: 4654-7243

Centro Abriendo Espacios El Raulí: S/N Complejo 18, Barrio José Ingenieros de Ciudad Evita. Teléfono: 4654-7243.

Red de Centros de Asistencia a Victimas de violencia de La Matanza: Rivadavia 13518 Ramos Mejía Tel.: 4654-7454 int. 137.

Centro popular de la Mujer: Manzana 52, letra F Barrio Nicol Kilómetro 35 Virrey del Pino Tel.011-66767105.

4 comentarios sobre «Aún existe un sector del poder que vulnera los derechos de las mujeres»

  1. DAMIAN R
    Seguramente sos uno de los hombres denunciados que maltrataba a la mujer y sus hijos y que la ONG 25 Mujeres denunció, mas alla de contener, asesorar y acompañar a la victima (totalmente ad honrem) Y si es como vos decis porque no los denuncias a la justicia por espionaje
    Cobarde anonimo

  2. La Dra. Gugliotta y su marido trabajan para la policia como inteligencia. El grupo 25 mujeres solo hace shows sin contenido alguno. Que pregunten en Villa Madero quienes son estas personas….

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