Se trata de Ulises, el pequeño que a principios de este año fue discriminado en establecimientos educativos de Isidro Casanova por su discapacidad motriz. Ahora, sus padres luchan para que la obra social le otorgue los audífonos que necesita para oír sin dificultad.
Por Soledad Martínez
smartinez@periodicosic.com.ar
En febrero último, el Periódico S!C dio a conocer el caso de Ulises, un pequeño de 3 años que fue discriminado en tres establecimientos de Isidro Casanova, localidad en la reside con sus padres, por su discapacidad motriz.
Una vez que la problemática tomó estado público, tanto autoridades locales como provinciales intervinieron y Ulises inició el ciclo lectivo. Pero ahora, sus padres se encontraron con un nuevo obstáculo: la negativa de la obra social del Sindicato del Plástico para cubrir el costo de los audífonos que el nene necesita para oír bien.
Hace un año, a Ulises le diagnosticaron hipoacusia profunda del oído izquierdo y severa del oído derecho. A través de la Obra Social OSPIP, del Sindicato del Plástico, el pequeño fue atendido en el Centro de Implante Coclear, encabezado por Vicente Diamante, un profesional de gran renombre en su especialidad.
Tras la realización de numerosos estudios, el profesional recetó para Ulises audífonos. Los mismos, debían pertenecer a una marca específica debido a la calidad y la potencia que caracteriza al artefacto y que garantizarían al nene una audición perfecta.
Con la receta firmada por el profesional y los estudios médicos pertinentes, los padres de Ulises presentaron la documentación correspondiente para que la Obra Social otorgue los audífonos para Ulises.
“Nos mandaron a ver a otro profesional de la Obra Social, que nos entregó otros audífonos que supuestamente andaban bien”, contó Paola Alvarado, mamá del pequeño.
Pero en una nueva consulta con el doctor Diamante, el profesional le realizó nuevos estudios que determinaron que el artefacto entregado por OSPIP, no era el indicado para la patología detectada en Ulises.
El reclamo de los padres del niño para obtener los audífonos data de 2011. “En definitiva, la respuesta de la obra social son siempre excusas. Mientras tanto, el nene sigue sin escuchar bien y por ende no rinde congnitivamente como tiene que rendir”, explicó Alvarado.
Al pequeño le realizaron estudios comparativos en la Clínica de Implante Coclear que ratificaron que los audífonos recetados por el doctor Diamante son los que le permitirían a Ulises contar con una buena audición.
Según la mamá del nene, la negativa de la Obra Social del Sindicato del Plástico, es netamente económica. Los audífonos recetados cuestan alrededor de 28 mil pesos, mientras que los entregados por OSPIP tienen un valor de 18 mil pesos.
Según relató Paola Alvarado, los audífonos entregados por la Obra Social, fueron recetados por un fonoaudiólogo, que no es especialista en la patología que padece el pequeño. “Es como cuando vas a la farmacia y el farmacéutico te da una aspirina para el dolor de cabeza”, ejemplificó.
Ulises sufre de una afección motriz llamada encefalopatía crónica no evolutiva, y debido a ello, necesita ser evaluado por un neuroortopedista para determinar qué tipo de aparato requiere.
“Este profesional (por el fonoaudiólogo) le hizo a Ulises un estudio que se llama Audiometría con Juegos; la metodología utilizada, fue hacer dos palmadas en la oreja del nene y decirle su nombre”.
Pero en realidad, ese estudio es bastante más complejo. Para realizarlo, es necesaria una cabina con micrófonos y con juguetes, la presencia de una fonoaudióloga estimulando al paciente, al que se le emiten sonidos de diferentes ángulos y se evalúa la respuesta. “Mala praxis pura”, sentenció Alvarado.
“Lo que indigna es que la Obra Social no cumpla con lo que nos tiene que dar. Por Ley ellos deben cumplir con su obligación; darle lo esencial a mi nene para que con su capacidad diferente pueda independizarse y tener una buena calidad de vida”, manifestó la madre de Ulises.
A un año de iniciado el pedido y con varios reclamos realizados, los padres de Ulises están evaluando la posibilidad de recurrir a la vía legal, ya que la negativa de la Obra Social del Sindicato del Plástico de facilitarle los audífonos a Ulises, perjudica el desarrollo del pequeño.
Al no poder escuchar bien, por ejemplo, no puede avanzar en el perfeccionamiento del habla. Para Ulises, cada pequeño avance es un gran paso, y la imposibilidad de contar con los audífonos, limitan sus posibilidades de llegar al desarrollo máximo de sus capacidades.
La lucha por la integración
Ulises padece una enfermedad llamada encefalopatía crónica no evolutiva que afecta su movilidad, pero no su desarrollo intelectual. Poco antes de cumplir los 3 años, sus padres iniciaron la búsqueda de un jardín de infantes en el que inicie el ciclo lectivo.
Los profesionales que atienden al pequeño, habían determinado que no necesitaba asistir a un establecimiento de educación especial. Pero, sus padres se encontraron con reiteradas negativas en diversos establecimientos educativos, en un claro caso de discriminación y de violación a normativas que protegen y garantizan la igualdad de oportunidades para chicos con capacidades diferentes.
Los papás del pequeño se reunieron con las autoridades del Consejo Escolar de La Matanza y encontraron también la intervención de la Dirección provincial de Educación de Gestión Privada (DIPREGEP). De esa manera, el niño fue aceptado en el Jardín San Carlos Borromeo de Isidro Casanova.