Sala de salud brinda actividades sociales en el barrio San José Obrero

Se trata de la sala de salud San José Obrero, donde médicos, enfermeros y  trabajadores sociales, aparte de la atención sanitaria, brindan actividades y talleres con el fin de ayudar a los vecinos.

Por  Susana Jara
sjara@periodicosic.com.ar

San José Obrero es un barrio que presenta situaciones visibles de vulnerabilidad, “sobre todo necesidades habitacionales y deserción laboral”, ya que la mayoría de las personas trabajan en “changas, con ingresos insuficientes para familias que, además, son numerosas” explicó Cinthia Di Dio, trabajadora social de la sala de salud.

Esta problemática se observa en los hogares, donde conviven “tres o cuatro familias en una misma casa, compartiendo la misma cocina y el baño. No es que están en el mismo terreno”.

Por otro lado, la mayoría de los jóvenes ni estudian ni trabajan, pero algunos de ellos son contenidos en un proyecto de inclusión denominado Envión.

A diario llegan los problemas del barrio a la sala de salud. Sin embargo, el personal sin recursos económicos destinados para las actividades sociales, logran realizar acciones para paliar esas problemáticas.

Al respecto Di Dio enfatizó “los recursos no existen, por ejemplo para el festejo del día del niño todo salió de nuestros bolsillos”.

La trabajadora social destacó que la  mala alimentación “es terrible” y una de las consecuencias relacionadas con esta forma de comer es la “obesidad”.

También, mencionó la hipertensión y diabetes como enfermedades frecuentes entre los jóvenes a partir de 18 años, adultos y  personas mayores de edad.

Como estrategia para prevención y concientización, la sala decidió incorporar yoga y caminatas a sus actividades.

A través de estas prácticas surgen otras cuestiones, como “las de encontrarse con uno mismo y como persona.

La idea de pensar, en una hora, solo en concentrarte en los que se está haciendo es valioso y  lograr esto con gente que tiene la cabeza cargada de problemas es buenísimo”, comentó.

También, informó que los vecinos no se realizan los controles de rutina, es por eso que crearon talleres de control de factores de riesgo.

Al respecto, comunicó  que “dan muy buenos resultados” ya que son estudios rápidos, y en muchos de casos “las personas recién se enteran que son hipertensos o diabéticos”.

Trabajo en red

Las redes sociales interactúan con el fin de cubrir las necesidades de las personas del barrio. Es por esta razón que la sala de salud articula las diferentes actividades con la ONG el Kiosco del programa Envión y CPA (Centro Provincial de Atención de las Adicciones).

Por su parte, el programa Envión trabaja con jóvenes de 14 a 21 años en situación de vulnerabilidad social, entre ellos problemas de adicciones.

Del trabajo conjunto con  los CPA, mediante la enseñanza de un profesor de teatro, los jóvenes de este programa social participan en el taller de cortometrajes.

En tanto que, el Taller de comunicación, al cual concurren jóvenes de 16 años en adelante, cuenta con practicantes de trabajo social de la Universidad de La Matanza. Los mismos producen revistas y talleres de radio. Allí tratan los temas relacionados con prevención y promoción de la salud.

“El producto final arrojó temas tales como sexualidad, violencia familiar y en el noviazgo, adicciones y vicios. Se realizan las actividades con dinámicas de juegos porque es una población que por ahí se aburren se quieren ir”, añadió la trabajadora social.

También, en la escuela secundaria N° 154  se dan charlas y talleres de educación sexual para todos los cursos. A partir de la cual, la trabajadora social se dio cuenta que las creencias en los adolescentes en cuanto a la sexualidad se basan en “mitos”, ya que en el barrio “está internalizado el tema del machismo, en donde la que se cuida es la mujer” y agregó “este tipo de cuestiones de género están muy instaladas”.

Además, se llevan a cabo el programa PODES y FINES para que los jóvenes culminen sus estudios secundarios.

El cortometraje

En el taller de cortometraje, los jóve-nes del programa Envión realizaron un cortometraje llamado “La intención de transmitir”. Se trata de un grupo de cinco jóvenes que se reúnen para planificar un robo, pero lo que sus-traen de las personas son abrazos.

Di Dio expresó que la idea surgió de sus mismos protagonistas ya que, “ellos son los que ven a sus pares sin proyectos y se analizaban dentro de ese grupo, a la vez se preguntan qué podemos hacer porque no les gusta esta situación”. Los abrazos demues-tran “la contención que necesitan” y en un “bonus track”, los jóvenes muestran “como se sintieron al rea-lizarlo y que está bueno rescatar al otro”.

Proyectos

Un espacio para la recreación y de-portes se suma a las demás nece-sidades requeridas en el barrio San José Obrero. En un espacio verde, los vecinos piden la construcción de una plaza. También, quieren que un tin-glado se convierta en un polidepor-tivo. Al respecto, “se juntaron firmas para presentarlo a las autoridades, ya que el tinglado tiene el piso hecho, solo falta cerrarlo, hacer los vestuarios y las canchas, tampoco hay espacios para adultos mayores”, informó Di Dio.

Por otro lado, los jóvenes ya trabajan en la elaboración de dos cortos que contarán testimonios de sus  vidas y  anécdotas de un día en el barrio.

La historia

La sala de salud San José Obrero fue fundada en el año 1988, surgió ante una necesidad de un barrio, que se formó como una cooperativa hace alrededor 25 años. En principio funcionaba “en un galpón cerrado, de tierra, así empezaron a atender hasta que los vecinos lucharon para tener un espacio mejor donde se construyó la sala municipal”, recordó.Brindan atención en ginecología, obstetricia, pediatría, medico clínico, enfermería y trabajo social, la atención es gratuita. También, se entrega medicación de forma gratutita.

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