La escritura como una práctica social

La escritura es una práctica social que nos compromete, implica percibir el mundo que nos atraviesa y comprendernos en él. La escritura y la lectura son formas que interpretan lo que es vital, lo que es necesario, lo que somos, dónde estamos.

Por Anahí Cao
acao@periodicosic.com.ar

Nos plantea interrogantes, más que respuestas; abre un posible punto de vista, un punto de vista que nos pone en “crisis” al cuestionar nuestras “seguridades”, obligándonos a salir por un momento de la lógica de la vida cotidiana para abrirnos a una otredad maravillosa, ajena.

En coordinación con el Centro Cultural “Memorias del Fuego” y el Bachillerato Popular  que funciona en ese espacio, situado en Lomas del Mirador, y en el marco del proyecto de investigación sobre literatura, escrita por mujeres que lleva adelante el grupo “Les Parau Parau”, se realizó una charla con la poeta Lía Miersch, quien leyó poemas seleccionados de sus libros, reflexionando sobre el papel fundamental de las mujeres en la lengua japonesa, la importancia del haiku y su función socializadora. Las preguntas fueron realizadas por los alumnos y alumnas del Bachillerato popular, quienes habían leído parte de su obra en grupo.

Entre pizarrones negros, fotos del 2001, mapas de Latinoamérica invertidos, frases y cuadros comenzamos a escuchar a la poeta Lía Miersch, una mujer serena pero firme.

¿El haiku es como un sentimiento?

El haiku es una poesía totalmente espontánea, se escribe automáticamente. Uno tiene que tener una formación muy sólida y larga para poder escribir, tener internalizadas todas las reglas, conceptos estéticos, después el haiku se compone como un encuentro con la realidad, y cae como un relámpago que a uno lo conmueve. Te produce una sensación de unidad. Viene de una profundidad que uno no maneja, generalmente la corrección en el haiku es como la respiración de uno. Es un modo de mirar el mundo, de conectarse con la naturaleza.

¿Qué tiene que ver con el budismo?

Todas las artes que vienen de Japón tienen que ver con el budismo. Pero hay un tema fundamental que es la compasión. La compasión es algo que tenemos todos, no hay que confundir; la compasión no es tener lástima de otro sino hacer propio lo que al otro le pasa. Eso cambia la vida, eso tan sencillo. Esta filosofía es lo que flota en todos los haikus, siempre. Ver la fragilidad de la vida, la fugacidad. Nosotros vivimos 60, 70 años en el mundo y no es nada, somos fugaces, frágiles.

El haiku es un dedo que señala la luna. Cada uno la ve desde su lugar, después cada uno la sentirá de acuerdo con su propia naturaleza y según su propia historia. A cada uno le recuerda sus propias vivencias.

El haiku habla de las cosas que todo el mundo descarta: la gente que pide, las hormigas, si la luna está llena o nueva. No pretende mostrar ninguna sabiduría, ni ser referente de nada, simplemente es como si yo dijera: ¡miren eso!, un poemita.

Gabriel, el profesor de Literatura que dicta clases en el Bachillerato Popular señala la definición que trabajó en la clase: “El haiku es captar instantes, instantes de la realidad.

Sí, el tema central en los haikus es el paso del tiempo: La flor que yo veo ahora y que pongo en un poema, dentro de un rato estará marchita, las estaciones me marcan el paso del tiempo, que la vida es frágil. El haiku es como una fotografía. Todo nace de la realidad, todo es real. En el haiku, las palabras tienen que ser sencillas. Cuando estoy haciendo el libro pienso que estoy haciendo una creación y que lo voy a poner en el mundo. Cuando yo miro para escribir un haiku mira la niña que yo fui. El haiku es algo muy popular en Japón. La estética es algo que penetra todas las formas de su cultura. Los japoneses le dan mucha importancia a lo comunitario; lo comunitario prevalece por sobre lo individual. Entonces la poesía es un juego de la comunidad”.

¿Qué características tiene la escritura del haiku?

Hasta el año 400, los japoneses no tenían escritura. En el año 500 de nuestra era, el budismo empezó a pasar de China a Japón por diversas razones y con el budismo llegó la cultura china, la cultura principal; ahora la principal es la occidental. La cultura japonesa fue siempre una cultura de la periferia, alrededor de China; en la antigüedad una persona culta era la que podía hablar en chino, así llegaron la literatura, los arreglos florales. Una de las características que tiene ese arte es la asimetría. Todo es asimétrico en la naturaleza, los árboles, las flores, el cuerpo humano. El haiku es un poema asimétrico, impar porque los que lo van a terminar son ustedes, porque mi poema no es mío, cuando lo solté es de todos. Por eso es asimétrico y es impar, un lugar de silencio para el otro. Lo comunitario termina siendo más importante que lo individual.

¿Qué importancia tuvieron las mujeres en la escritura del haikun Japón? ¿Qué mujeres  fueron éstas?

Eran mujeres de la corte imperial porque las mujeres pobres vivían dobladas en los campos trabajando. En  Japón, en el año 1000,  la gente se vestía como en China, era una cosa de un ocio y de un refinamiento… vivían para eso y para la poesía. En el siglo octavo,  ya había una antología de poesía escrita con este alfabeto silábico que habían ideado las mujeres, (tiragana) en el siglo once está la segunda.

Cuando la poesía se convirtió en un juego de la corte, a las mujeres se les prohibió participar. Basho por ejemplo, -que era un grande de la poesía- admitió algunas mujeres como discípulas pero era una excepción. En algunas antologías aparecen algunas mujeres pero con el nombre del marido o con su nombre personal sin apellido como si se hubieran escapado antes de que el marido la encierre. Recién en el siglo veinte las mujeres empiezan a aparecer.

El haiku dejó de ser un poema que se escribía en un círculo cerrado sino para un público indeterminado, esa es la marca de occidente: dejó de ser un poema para una elite. Acá es donde las mujeres de a poquito empiezan a entrar (después de la guerra, Japón estaba conmocionado, entonces empiezan a publicar su propia antología, es decir poemas para un público). En 1954, una mujer poeta funda una revista de haikus de mujeres donde solo colaboraban mujeres con temas de mujeres. Esto funcionó hasta 1999,  las mujeres ya estaban muy instaladas en la sociedad. Hoy hay más de 150 revistas de haikus dirigida por mujeres, donde hombres y mujeres participan de igual manera. La tragedia es que durante siglos no sabemos todas las voces que se han perdido.

Luego de la lectura de los haikus escritos por mujeres contemporáneos. Lía propuso que entre todos y todas armemos un haiku en el pizarrón, que posteriormente escribimos en la pared del Centro Cultural «Memorias del Fuego». Un acto que define a la escritura una práctica como una práctica social y colectiva.

Lía Miersch vive en Villa Luzuriaga, es poeta y se dedica exclusivamente al haiku. Ha coordinado talleres experimentales de haiku para niños, ancianos, actores y personas con discapacidad. Participó en las exposiciones multidisciplinarias de arte japonés organizadas por la Fundación Cultural Argentino-Japonesa en nuestro país y en Uruguay. Parte de su obra ha sido traducida al croata, al griego, al inglés, al japonés, al ruso. Sus trabajos presentados en el Encuentro Internacional de Haiku han sido publicados por el Instituto Tozai. Tiene tres libros publicados «Haiku» (2004),»Tigre de metal» (2007) y «Haiku negro» (2012).

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