Por Gastón Romero
Leandro y Silvina, son una joven y exitosa pareja de clase media, viven, quizás, el momento más feliz de sus vidas: esperan con ansias la llegada de su primer hijo, luego de cuatro años de intensa búsqueda. De repente, Leandro se entera que es padre de una hija adolescente cuya existencia desconocía, fruto de una relación ocasional en su juventud, y que a raíz de una grave enfermedad de la madre debe vivir con él hasta que ella se recupere. En caso que esto suceda. Un poco a regañadientes, pero confirmada su paternidad, acepta el cuidado. La llegada de esta niña, algo triste y un poco silenciosa, desestabiliza al joven como a la pareja, exponiendo asì diferencias que parecían no existir entre ellos. Simultáneamente, genera en el padre sentimientos disímiles que pasan de cierto rechazo al comienzo para ir queriéndola poco a poco. Un film chiquito, pero enorme, brillante, hermoso, profundo, importante y con un guión cargado de diálogos realistas y creíbles.
Gustavo Garzón, quien escribió y dirigió, retrata los vínculos de los personajes con un realismo que sitúa a este film por encima de otras (aquellas se auto venden como el “nuevo cine nacional”) cargadas de tediosos silencios o diálogos innecesarios que en el afán de querer «sorprender», lo que logran es afanar con ideas pobres que solo llenan de poses a sus protagonistas con actuaciones acartonadas y poca emoción. Por suerte, esta película, nada tiene que ver con eso y se agradece que asì sea, Esteban Lamothe, que ya es una figura dentro del cine nacional independiente, no podría estar mejor en su rol, muy bien acompañado por el resto del elenco. Por un Tiempo, es una realización a todo pulmón que connota estar lleno de experiencia de vida y amplia observación del mundo en el que vivimos.
Imperdible. “Por un tiempo”. Con Ana Katz, Patricio Contreras, Sebastian Wainraich, Esteban Lamothe. Guiòn y Direcciòn Gustavo Garzón. 85 Minutos. Apta para todo público con reservas.