La UNLaM crea la primera Diplomatura en Salud Penitenciaria

Mediante un convenio con los ministerios de Salud y de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) creó la primera Diplomatura en Salud Penitenciaria con la que se capacitará, durante un año, a los profesionales que trabajan en el sistema sanitario de los servicios penitenciarios federales y provinciales.

El Rector de la UNLaM, Daniel Martínez, rubricó la firma del convenio con ambos ministerios porque contribuye “al trabajo constante y en conjunto, en un área sensible como la salud carcelaria, ya que la gente privada de la libertad, también, merece salud y, para eso, la UNLaM va a capacitar a sus profesionales”.

El ministro de Salud, Juan Manzur, manifestó que la carrera surge para “trabajar en conjunto y articular con el ámbito académico en beneficio de la población”. Aunque los destinatarios “estén privados de la libertad, no están privados de recibir el derecho a la salud”, remarcó.

La implementación de esta Diplomatura se enmarca dentro del Plan Estratégico de Salud Integral en el Servicio Penitenciario Federal 2012-2015 que busca planificar estrategias para la disminución de enfermedades en la población privada de la libertad.

En este sentido, Manzur enumeró algunos logros en materia sanitaria de la última década como la disminución de la mortalidad infantil y materna, el aumento de la esperanza de vida y la implementación del Plan Remediar, mediante el cual se entregan medicamentos a centros de salud y cárceles en forma gratuita.

Para el cierre del acto, que tuvo lugar en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el ministro anfitrión, Julio Alak, felicitó al Rector Martínez “por la construcción de un centro universitario de excelencia en el Conurbano y que, hoy, tiene un altísimo prestigio”, y agradeció “todo lo hecho e interactuado con el Gobierno Nacional”.

Finalmente, recordó la Constitución Nacional que proclama que las cárceles deben ser sanas y limpias, para lo cual se necesitan profesionales de la sanidad capacitados, ya que “la única manera de tratar de evitar la reincidencia de los presidiarios es con educación, trabajo y salud”.

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