El exconcejal de La Matanza por el radicalismo parece que no está atravesando una buena situación económica y empezó a buscar trabajo de lo que sea. Como para mucho no le daba, se inclinó por tratar de aprender algún oficio y así tener más posibilidades laborales. Haciendo uso de sus importantes dotes físicos comenzó a mostrar su capacidad violenta al interceptar a un periodista de este medio y hacerle sentir su rigor (ojo, siempre en nombre de la tan defendida por la UCR, Libertad de Expresión). Después de este hecho, el pelotero “camitas felices” lo contrató como seguridad para cuidar la armonía y la tranquilidad mientras los chicos se divierten en cada festichola.