La comunidad educativa de la EPB N° 23 Hipólito Yrigoyen de la localidad de Ramos Mejía exige que se resuelvan sus reclamos, algunos llevan más de una década.
Entre las necesidades urgentes se encuentran, la creación de un comedor para alojar al estudiantado que asiste doble jornada. Ampliación de la cocina, reconstrucción de baños y arreglos de humedad en las aulas. También exigen que se mejore la calidad y cantidad del menú que se da a los niños.
Por Ángela Tobar atobar@periodicosic.com.arLa escuela se encuentra ubicada entre Rivadavia y Palacios, en Ramos Mejía y asisten a doble jornada casi 300 estudiantes, los docentes y alumnos deben pasar ocho horas dentro de una institución que no cuenta con las condiciones mínimas para atender las necesidades del estudiantado.
“Los chicos deben almorzar dentro de las aulas o en el hall de entrada”, detalló Verónica Martínez, miembro de la cooperadora de la institución educativa.
Además explicó que “todas las aulas que dan sobre la avenida Rivadavia, están con humedad y debido a eso la pintura se descascara y los techos gotean con cada lluvia. El aula de cuarto grado debió ser desalojada porque con cada lluvia se filtra agua por el techo y la humedad que hay es mucha, además tiene piso de madera y techo de durlock, del cual ya se cayó una parte”.
Mientras que “las otras aulas que están sobre la calle Palacios, también presentan los mismos problemas”.
La mujer aseguró que el colegio recibió desde el programa nacional ´La juventud pinta bien´, el material para pintar las aulas, “pero aún la escuela no recibió nada para poder empezar a mejorar el edificio”.
Con respecto a la urgente necesidad de construir un comedor para que los estudiantes puedan desayunar y almorzar correctamente, explicó que el pedido data del año 2002 y finalmente se espera que este año comiencen las obras de construcción ya que el proyecto y el presupuesto fueron aprobados por La Nación, desde el Consejo Escolar a cargo de Silvio Maffeo se informó a la comunidad que “a fin de año estaría la licitación para comenzar las obras”. La necesidad de inicio de la construcción es urgente ya que “los niños desayunan y almuerzan en las aulas, por no contar con espacio físico suficiente y acorde para que lo hagan en otro lado”, remarcó Martínez.
Más obras
Además dentro del proyecto aprobado por Nación, está contemplada la ampliación del comedor y reconstrucción de los baños, que según denuncian desde el colegio “se encuentran en situación deplorable, imposibilitando la correcta higiene de los alumnos”. En este punto, se agregó que la reconstrucción de la cocina es de “necesidad urgente” porque carece de un espacio adecuado para trabajar para atender a toda la matricula e insistió en que “el espacio es reducido, los muebles están deteriorados, los desagües se tapan e inunda todo, además en el lugar hay espacio para que sólo entre el cocinero y un ayudante. Mientras que el resto del personal (encargado de ayudar al cocinero) debe preparar el desayuno en el hall de entrada de la escuela, lugar en el que entra toda la contaminación de la calle impregnando el desayuno y a veces el almuerzo de los niños”.
“Si bien se logró mucho más en este último año, aún falta que se comience y se termine con la obra. Lo urgente que tiene el colegio en estos momentos es la infraestructura, cocina, aulas baños”, se insistió.
La lucha por mantener los cupos de alimentación
También y no menos importante es el tema de la calidad y cantidad de alimentos en el desayuno y almuerzo que reciben los niños que asisten diariamente a la escuela. Si bien, la semana pasada el Consejo Escolar aseguró la mantención del cupo necesario para atender a todos los estudiantes “falta mucho por mejorar, desde la calidad de los alimentos hasta la cantidad de los mismos”, se manifestó desde la cooperadora de la escuela.
Entre otras de las necesidades que plantea la institución educativa es la de encontrar una mano solidaria que le facilite elementos de limpieza ya que la cooperadora de la escuela asegura que no pude solventar el gasto semanal.