El Distrito le fue indiferente al partido de Mauricio Macri. En La Matanza, el peronismo retuvo la intendencia por amplia diferencia. El PRO nunca hizo pie en este lado del Conurbano perdiendo elección tras elección.
La Matanza es uno de los territorios más complejos en cuanto a su entramado político se refiere. El voto peronista prevalece aquí como en ninguna otra región. Pese al triunfo en gran parte de la provincia de Buenos Aires, el PRO volvió a caer derrotado en el Distrito que desde ahora será gobernado por Verónica Magario.
En un rápido repaso por lo ocurrido en las elecciones de octubre en la Provincia, puede observarse que Cambiemos se quedó con distritos como La Plata, Pilar, Morón, Berisso, Tandil, Vicente López y San Isidro. En tanto que en Tres de Febrero triunfó el Frente Renovador de la mano del periodista Diego Valenzuela, y en Quilmes ganó Cambiemos con el cocinero Martiniano Molina.
Si se piensa que un hombre vinculado al mundo gastronómico y de cero trayectoria política se quedó con un distrito clave del Conurbano, bien se podría especular con la elección que podría haber realizado el sector de Mauricio Macri en La Matanza. Sin embargo, la cosa acá siguió como siempre, fue derrota para los amarillos.
A lo largo de su corta historia, el PRO tuvo en este distrito a varios referentes que se identificaron con Macri para intentar la hazaña. El candidato a intendente con más cantidad de elecciones en la espalda es el abogado Miguel Racanelli, que esta vez fue como primer concejal de la lista y ocupará una banca en el CD hasta 2019. También pasaron por el Partido capitalino nombres como Juan Carlos Piriz, Abrahan “Toto” Delgado, Julio Rubén Ledesma y Ricardo Maidana.
En 2015, la elección del PRO fue otra. Puso como candidato a intendente a Miguel Saredi, hombre ajeno al Distrito con cuatro años de historia en estas tierras. Proveniente de Trenque Lauquen, la nueva cara local de Mauricio Macri instaló su imagen a fuerza de campañas publicitarias en la vía pública. Se le acercaron siempre referentes políticos de poca monta y no pudo construir un espacio territorial que lo sostenga con fuerza de cara a una elección.
Lo de Miguel Saredi no es más que imagen en la calle y en las redes sociales. De trabajo político barrial no tiene absolutamente nada y tal vez por eso el arrastre de Mauricio Macri sólo le alcanzó para obtener tres bancas en el Concejo Deliberante.
El mayor problema para el exdirector del Mercado Central es no poder perforar la plataforma del PJ local. Saredi no es bien visto en el peronismo del Distrito y por ende sería muy difícil que lo aceptaran como candidato futuro. Por otro lado, desde la otra vereda también se lo mira de reojo cuando se pone en duda su supuesto rol de dirigente opositor al oficialismo matancero.
No subestimarlo
Sin embargo, grosero error volvería a cometer el gobierno, que ahora encabezará Verónica Magario, en caso de subestimar lo realizado por Saredi. Ahora contará con dos concejales propios y dos aliados, mientras que el triunfo de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri le podría brindar oxígeno económico para trabajar en La Matanza durante los próximos cuatro años.
El oficialismo cayó en una trampa cuando creyó que el rival a vencer era Julio Rubén Ledesma (FR). Recién después de las PASO, Magario reconoció al PRO como el verdadero adversario a vencer.
“Uno siempre va a ser, al menos, un componedor intentando viabilizar recursos y posibilidades para La Matanza”, le dijo Miguel Saredi al Periódico de la Universidad Nacional de La Matanza. Sonó casi como una provocación. Así como él debe entender que en el Distrito todavía no hizo pie y su derrota fue contundente, el oficialismo no puede pasarlo por alto como si no hubiera hecho daño. Cuatro años con “caja” para administrar es mucho tiempo, sobre todo en tierra de camaleones.