Son destinados a tratar diversas patologías y problemáticas familiares y sociales. Se realizan dos veces por semana y son coordinados por voluntarios. “Todo se realiza a pulmón”, contó la encargada de la sede local, de la entidad que tiene anexos en todo el país.
La Fundación Volver a Empezar es una organización sin fines de lucro que funciona a nivel nacional y tiene una de sus sedes en González Catán. Allí funcionan de manera gratuita grupos de autoayuda para tratar diversas patologías y problemáticas familiares y sociales.
El anexo de la fundación se encuentra en la calle Posamay 756 y es coordinado por Virginia Villaroel hace siete años. “Las personas llegan con distintas problemáticas y acá trabajamos en grupos, en lo que ofrecemos diversas dinámicas de trabajo para lograr sanar esas heridas. Nosotros nos definimos como promotores de cambio”, explicó la mujer.
Los grupos de autoayuda se reúnen los días jueves y sábados a las 16 y están dirigidos a la comunidad en general. Los mismos consisten en “generar encuentros con el objetivo de orientar y asistir a las personas que no saben qué hacer para afrontar situaciones en distintos niveles”, según los fundamentos de la ONG.
La coordinadora de la sede matancera de la fundación, explicó que en los grupos se trabaja con las “heridas emocionales” que las personas cargan y hacen que atraviesen emociones negativas, como resentimiento, resignación, tensión, intranquilidad, miedo, depresión y ansiedad. Estos grupos son para personas con diferentes problemáticas emocionales: bulimia y anorexia, baja estima, depresión, fobias, abuso emocional, violencia familiar, grupos para familiares de adictos.
“Una persona herida, violentada, por ejemplo, no espera más que violencia, rechazo. Entonces se ciega y no puede ver más allá. Con nuestro trabajo empezamos a abrir la mente, ir capa por capa hasta revertir eso y que la persona que sufre vea un panorama nuevo. Es un cambio de vida total”, aseguró Villarroel.
Las actividades de la fundación son gratuitas y la mayoría de las personas que llegan a la entidad en busca de ayuda, lo hacen a través de los folletos que se colocan en hospitales. “Todo se realiza a pulmón, no hay fondos o un presupuesto. En mi caso, hago esto porque yo estuve en el lugar de las personas que vienen, y me quedé para ayudar a otros. Sufrí depresión por 25 años”, contó Villarroel.
La mujer además agregó: “Es un trabajo duro, arduo, pero no imposible”. Quienes quieran participar de los grupos de la Fundación pueden acercarse los jueves y sábados a las 16 a Posamay 756 o comunicarse con Virginia Villarroel al 156007 6863.