Los espacios denominados de oposición empezaron a tejer alianzas y dar los primeros pasos en una campaña que no se hace esperar. Cómo jugará cada uno y qué quieren.
Por Claudio Kappeler
En la sede de la agrupación Sentimiento Peronista, sobre la calle Salta, en San Justo, varios concejales esperaban la llegada del diputado provincial Julio Rubén Ledesma. Fue una reunión de tropa mayor, si se quiere, para empezar a delinear lo que será la campaña que se viene, esa que ya empezó a dar sus primeros pasos. En La Matanza se pueden ver algunas pintadas que hablan de Sergio Massa 2017 y aunque todavía hay serias dudas sobre el rumbo político que tomará Ledesma es un hábil saltarín, por lo pronto sus cercanos suponen que su futuro cercano estará al lado del hombre de Tigre.
Varias veces frustrado candidato a intendente, Julio Ledesma lidera el Sindicato de Trabajadores de Comercio de la zona oeste de la Provincia. Desde la década del ’90 viene ocupando cargos legislativos y hoy tiene una imperiosa razón por la cual debe preocuparse de su campaña: el año próximo vence su mandato como diputado bonaerense y su objetivo, otra vez, será renovar su banca.
Para los opositores a Fernando Espinoza es muy difícil competir con Ledesma cuando se habla de lugares en las listas. El hombre de SEOCA suele utilizar muy bien la billetera en campaña y eso lo posiciona a él y a los suyos en lugares de privilegio. Los concejales Ariel Martínez, Daniel Novoa, Fernando Asencio, Laura Piperno y Héctor Mantello todos integrantes del bloque del Frente Renovador local fueron parte de la reunión con Ledesma.
Todos ellos saben que ser la tropa del diputado provincial tiene doble filo: por un lado depositan en Ledesma toda la responsabilidad en lo que se refiere a los gastos de campaña, ya que ninguno de ellos está dispuesto a desembolsar de la propia para jugar en 2017; pero por otro lado saben que su apuesta siempre es personal o no tiene demasiado pruritos en saltar de bando a último momento si la coyuntura lo hace necesario. De hecho, en la última elección este sector salió tercero en La Matanza y varios se quejaron de haber visto entrar a un Ledesma sonriente al bunker una vez conocidos los resultados.
Vale decir que en el Distrito, el bloque de concejales del Frente Renovador no está visto como opositor sino más bien casi como aliado del oficialismo de Verónica Magario. Esto pese a los intentos de algunos ediles de intentar diferenciarse saliendo a hacer denuncias mediáticas que luego terminan en silencio atroz. Se sabe que varios de estos concejales, antes de las elecciones de 2015 y en plena campaña, se reunieron con la ahora intendenta y por más excusas y razones que quieran argumentar, las suspicacias son muchas y aún se mantienen vivas.
No tan cambiados
Por el lado de Cambiemos la situación sigue siendo desprolija, sin rumbo claro y de amontonamiento improvisado. Las últimas adquisiciones del bloque fueron el concejal Abrahan “Toto” Delgado de quien sólo se pueden enumerar todos los saltos políticos que dio, sus siempre sospechadas maniobras utilizando su “credencial” de edil y su fluida relación con el oficialismo. El hombre de Rafael Castillo no es opositor ni oficialista, es “delgadista”, atiende un quiosco de 24 horas y poco le importa las manchas que vaya adquiriendo su trayectoria.
Y entonces
Pese a todo lo que parece faltar para las elecciones legislativas de 2017 la campaña interna de cada sector “opositor” ya comenzó. Julio Rubén Ledesma va por una diputación en principio al lado de Sergio Massa aunque con fuertes chances de seguir dialogando con el oficialismo de La Matanza. Desde Cambiemos el que más apresurado aparece es Miguel Saredi: si quiere volver a ser candidato a intendente y tener alguna chance real debe conseguir un lugar legislativo que le posibilite un armado sólido y capaz en el Distrito. Mientras que el concejal Fernando Asencio confía en ingresar como diputado en un posible corrimiento de lista. Los demás ya aquí mencionados van por el pancho y la coca. Siguen en la rosca local, funcionales y disciplinados.