Morir porque sí, matar porque sí: estaba en un cumpleaños y recibió un tiro en la cabeza

De izquierda a derecha. Milagros Álvarez y Karen Arias.
De izquierda a derecha. Milagros Álvarez y Karen Arias.

La víctima se llamaba Milagros Álvarez y tenía 17 años. Estaba en un cumpleaños cuando un grupo de jóvenes comenzó a disparar desde el exterior de la casa donde se desarrollaba la fiesta. El autor del disparo que termino con la vida de la joven, tiene 16 y está detenido.  

“Estaba en un cumpleaños y desde afuera dispararon sin razón, un disparo en la cabeza, con pérdida de masa encefálica. Así, injustamente, nos sacaron a nuestra princesa”, así Luis Álvarez, resume como en un instante perdió a su hija de 17 años. La joven se llamaba Milagros Álvarez y en la madrugada del 10 de julio se encontraba en un cumpleaños de 15, a solo una cuadra de su casa, y recibió un disparo en la cabeza que provino del exterior.

El trágico hecho ocurrió en la intersección de las calles 300 y Central, en el barrio Villegas de la localidad de Ciudad Evita.

Según trascendió, allí se produjo un enfrentamiento entre bandas que se disputaban “el liderazgo” de la zona. Una vez finalizado el tiroteo, los atacantes huyeron.

Milagros se desplomó inmediatamente y fue trasladada al Hospital Alberto Balestrini, donde  falleció la noche del 11 de julio, debido a la gravedad de la herida. La familia de la adolescente, conformada por sus padres y dos hermanos de 13 y 5 años,  quedó destruida y comenzaron el pedido de Justicia.

“Espero que el que hizo esto pague como se merece”, lanzó el padre de la víctima.

Días después y tras varios allanamientos, dieron con un joven de 18 años, dos de 17 y un menor de 16, sindicado por los testigos como el autor del disparo que terminó con la vida de Milagros. El arma había sido incautada en el mismo lugar del hecho. En la causa interviene el Fuero de Responsabilidad Juvenil del departamento judicial de La Matanza.

“Es muy grave que un pibe de 16 años tenga una 9 milímetros en la mano. La inseguridad no se va a terminar más”, lamentó Luis Álvarez.

En tanto, los vecinos de la zona recordaron a la joven como una chica “con un gran compromiso y solidaria con los demás. Todo el barrio está conmovido y los chicos de la escuela donde estudiaba Mili quedaron destruidos”, señalaron.

Además, pidieron que “se haga justicia por Mili y que se termine con todo esto. Tenemos miedo de salir a la calle, estos tipos andan todo el día armados y no sabes en que momento van a empezar a tirar, matando a gente inocente”, aseguraron.

 

Jóvenes violentados,

jóvenes violentos

 

“Existe violencia en los jóvenes, sí. Pero lo que hay que preguntarse es cómo se genera esa violencia. Son violentos porque son violentados, porque nacen en un contexto en el que es más fácil tener un arma, es más fácil que tener, por ejemplo, una guitarra”, define Emanuel Pfeif, docente y delegado de SUTEBA en la Escuela Secundaria N°8 General Martín de Güemes de  Ciudad  Evita.

El docente se refirió a la detención de los jóvenes involucrados en el homicidio de Milagros, que tienen entre 16 y 18 años. “Es una cuestión muy profunda, estos pibes, al no tener con que sentirse identificados, al no tener un lugar en la sociedad y la propia ausencia del Estado, hace que pibes busquen identificación en otras formas de pertenencias”, señaló.

En la misma línea, Pfeif agregó: “Muchos de ellos han dejado la escuela y han sido absorbidos por el narcotráfico o  incluso por la gerenciación del delito que muchas veces se hace desde las fuerzas”.

Para el docente, la situación en el barrio Villegas es muy compleja. “Prácticamente es una zona militarizada en la que conviven varias fuerzas: está la policía comunal, local, la bonaerense, Gendarmería Nacional y hace poco desembarcó la Policía Federal. Sin embargo, el negocio del narcotráfico se maneja con total impunidad”.

Los hechos de violencia entonces, no son un mero “hecho de inseguridad aislados”, sino que forman parte de una problemática mucho más compleja. “Estos pibes que han sido expulsados y no tienen lugar en este marco de esta sociedad y no se plantea desde el Estado una manera de integrar a miles de pibes que están en condiciones de marginalidad absoluta, llevan a que constituyan su ser a través del hecho de tener un arma, o ser ‘chorro’”.

Emanuel Pfeif añadió: “Es una reacción violenta a otra situación violenta que viene impuesta desde arriba y termina generando pibes matándose unos contra otros. Me parece importante pensar cómo un pibito de 14, 16 años, anda transitando por la calle con una 9 milímetros, ¿Qué le pasó para llegar a esa situación?”.

 

La Justicia para los

pobres, no llega

 

Emanuel Pfeif es docente en el establecimiento al que asistía Karen Arias, la adolescente asesinada por su novio en abril de 2015 (ver El caso de Karen Arias no fue reconocido como una Femicidio). Fue desde la escuela y junto a organizaciones sociales, que se llevó adelante una importante campaña de difusión del caso, concientización  y prevención de la violencia de género.

“Acompañar a la familia de Karen era una cuestión de principios. Era nuestra alumna, así que decidimos acompañar esta causa, también como una forma de visibilizar los problemas que tienen nuestros pibes, porque la Justicia para los pobres, si no hay organizaciones sociales atrás, no llega”, sentenció el docente.

Los casos de Karen y Milagros, están ligados: eran tía y sobrina. La violencia sacudió a la familia de la peor manera en dos oportunidades en poco más de un año. Karen era hermana del papá de Milagros y la joven fue una de las impulsoras de la campaña de difusión del caso de la joven asesinada por su novio y el pedido de Justicia.

De hecho, participó de la última marcha bajo el lema “Ni una Menos” y estuvo presente en los tribunales en los que se llevó a cabo el juicio contra Facundo Rodríguez, autor del crimen, pero no llegó a escuchar la sentencia, porque fue asesinada pocos días antes.

El caso de Karen Arias no fue
reconocido como un Femicidio

El acusado de asesinar de un disparo a Karen Arias en abril de 2015 fue con-denado a 24 años de prisión por el homicidio de la adolescente de 16 años, aunque no se aceptó la figura del femicidio, que prevé una pena de reclusión perpetua. Los jóvenes mantenían una relación amorosa desde hacía 9 meses, pero el Tribunal consideró que hubo “ausencia de internalización del vínculo”.
El Tribunal Oral en lo Criminal 3 de La Matanza condenó a 24 años de prisión a Facundo Rodríguez, quien fue declarado culpable del asesinato de su novia Karen Arias, una adolescente de 16 años, a la que le quitó la vida de un disparo el 21 de abril de 2015.
La familia y amigos de la víctima habían llevado adelante una campaña de di-fusión de caso y solicitaban que se modifique la carátula de la causa “homicidio doloso agravado por el vínculo” por la figura de Femecidio, que prevé la pena máxima del código penal, prisión perpetua.
Sin embargo, para los miembros de Tribunal hubo una “una ausencia de inter-nalización del vinculo” entre Karen y Facundo, aunque sí se reconoce que había una relación de noviazgo entre ambos jóvenes. Para la familia de la víctima, Rodríguez “la mató por ser mujer, ella ya no quería estar con él”, y aunque no se obtuvo el objetivo, que era la prisión perpetua, se mostraron “satisfechos” con el fallo.
Aquel 21 de abril, Facundo Rodríguez le disparó en el rostro a su novia y luego declaró que habían sufrido un ataque por parte de delincuentes. Dos días después del crimen, confesó. Isabel Arias, hermana de la víctima, había contado que la relación no era sana.
“Él la celaba mucho y ella se empezó a alejar de todo y de todos. Hasta llegó a mentirle que no tenía más celular, para que él no se enojara. Ella creía que eso era amor”, dijo la hermana de la víctima. De hecho, ya habían ocurrido hechos de violencia y Karen había terminado con tres puntos en la cabeza, luego de que su novio la empujara y ella se golpeara contra el asfalto.

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