Cristalería San Justo, cerrará por cinco meses: “Les molesta que los obreros se organicen y formen cooperativas”

leo 012La cooperativa que se conformó en plena crisis del 2001, hoy se encuentra repitiendo la historia, 15 años después y a raíz de las políticas aplicadas por el nuevo gobierno de Cambiemos; tarifazo, devaluación, apertura de importaciones y la ausencia de créditos accesibles, se encuentra, al igual que otras empresas recuperadas, en jaque, con un futuro laboral incierto. Juan Carlos Hidalgo, presidente de la cooperativa resumió; “Les molesta que los obreros se organicen y formen cooperativas, siempre les molestó”. Y según anunciaron el próximo 30 de septiembre detendrán la producción hasta marzo del 2017, porque no pueden pagar las facturas de gas.

Por Ángela Tobar

Los trabajadores de Cristalería San Justo conocen de crisis, en el 2001 lograron afrontar el vacío que dejó la presentación de quiebra presentada por los dueños, la misma provocó que 100 familias queden en la calle. En ese momento se organizaron, acamparon en el lugar custodiando las maquinas y los materiales, “los vecinos ayudaron, acompañaron con alimentos ya que no había dinero para nada”. De esos 100 obreros despedidos, 40 se organizaron y se hicieron cargo de la producción. Quince años después, ya consolidados se encuentran nuevamente con una crisis económica que pone en peligro la continuidad de las fábricas recuperadas.

Verónica Paula Rolandi, es vocal en el consejo directivo, en diálogo con este medio resumió “hasta el año pasado estábamos bien, a partir de los tarifazos, la apertura de la importación nos estancamos, estamos viendo cómo podemos seguir adelante como cooperativa” y agregó “el gas es lo más complicado, hasta ahora no lo podemos pagar”, por está razón decidieron acopiar productos y detener el trabajo hasta marzo del año próximo.

Por su parte el presidente de la cooperativa, Juan Carlos Hidalgo, marcó “yo ya sabía cómo iba a ser todo con este gobierno, pero no pensé que nos iba a tocar tan rápido” y sostuvo, “a nosotros nos llamaron el 20 de diciembre de ENARSA, que es una empresa que creo Kirchner y que nos subsidiaba el gas para decirnos que teníamos que buscar otra empresa, que ellos no nos iban a subsidiar más. A poco más de 10 días de asumir el nuevo gobierno nos dieron el primer cachetazo”, graficó e insistió “no pensé que nos iba a afectar tan rápido”.

“Nosotros hasta diciembre del año pasado pagábamos, 2,90 dólares la unidad de BTU y ahora pagamos 5.5 dólares y con la devaluación del dólar de diciembre a la actualidad, nos perjudicó más. El año pasado pagamos 350 mil pesos de gas, este mes nos vino alrededor de un millón, imposible de pagar y aún nos queda un saldo de la factura del mes pasado que no pudimos afrontar”, relató.

A este cuadro se le suma la baja en las ventas, producto de la disminución de consumo interno y la apertura de las importaciones que compiten de manera desleal. “las ventas nos bajo el 30 por ciento, no podemos competir con los precios de los productos que entran de afuera y el gasto en el consumo del gas subió de manera que se convirtió en impagable y nuestro salario sigue en baja, no sabemos cómo vamos a poder seguir”.

La solución de Aranguren

“Nuestro producto principal es la producción de óptica de autos y bajo el 30 por ciento las ventas. Estamos trabajando las 24 horas haciendo stock para poder cumplir con los próximos pedidos. Le pedimos a los clientes una lista programada de lo que van a necesitar mientras estemos parados, pero no sabemos cómo vamos a volver a arrancar en marzo”, subrayó Hidalgo.

En esta línea, aclaró que junto a otros cooperativistas que atraviesan la misma lastimosa situación fueron recibidos por el ministro de Energía Juan José Aranguren, “nos dijo que no podía hacer nada, dijo que la solución es reconvertirse, o  que se reestructure la cooperativa, y con restructuración quiere decir despidos, así no más lo dijo, no le importó nuestra situación”. Luego recordó: “Nos dijeron que trabajemos en verano que el gas es más barato pero es imposible trabajar en verano con las temperaturas de los hornos”, esgrimió.

“Según me dijeron en el Ministerio de Trabajo, los lineamientos que le dieron es controlar bien a las cooperativas, el foco está en eso, porque les molesta que un obrero se organice y maneje las cooperativas, les molesta y les molesto siempre”, analizó.

“No pensé que (la crisis) nos

iba a tocar tan rápido”

Hidalgo aseguró que al conocer los resultados de las elecciones “ya sabía lo que iba a pasar, era muy negativo en cuanto a las expectativas”, pero jamás imaginó que el golpe le llegaría tan pronto, a poco menos de dos semanas de asumido el nuevo gobierno le quitaron el subsidio, a menos de un mes la devaluación los perjudicó aún más ya que las materias primas también las compran a precio dólar, y meses después el tarifazo los colocó en la situación de tener que parar la producción para abaratar costos.

“No pensé que tan rápido nos iba a tocar, la verdad sabía que la íbamos a pasar mal pero jamás pensé que en 10 días nos iban a dar la primer cachetada”.

“Tiran de la cuerda para ver hasta dónde aguantamos. Estamos tratando de resolver pero ellos no dan solución y acá necesitamos soluciones”, opinó Rolandi, “El gobierno anterior nos dejaba vivir”, se despachó Hidalgo.

El peligro latente de

la desocupación

La cooperativa Cristalería San Justo está ubicada en Perón 3927, en ella trabajan más de 46 personas. Hace tres años, y gracias a un subsidio lograron refaccionar maquinaria y comenzaron a producir productos de bazar, pero para poder realizar una producción más competitiva necesitan adecuar la maquinaria, y para ello requieren de algún crédito a bajas tasas, inexistentes en la actualidad.

Otros ejemplos locales son la cooperativa El Palmar, ubicada en Gregorio de Laferrere, fue recuperada en 2001 y fabrica ladrillos huecos para la construcción, la Fundidora La Matanza, empresa recuperada en 2002 que cuenta con 70 asociados, la Cooperativa 10 de Noviembre, ubicada en Lomas del Mirador, hilandería recuperada por sus trabajadoras en 2007, son ejemplos puntuales de una situación general, trabajadores que lograron atravesar distintas crisis, defender su trabajo por medio de la organización y la solidaridad y que actualmente se encuentran al borde de la quiebra a raíz del brutal ajuste aplicado por el Gobierno.

Datos

Según el Centro de Documentación de Empresas Recuperadas, que funciona dentro del programa Facultad Abierta, en Filosofía y Letras de la UBA, hay 362 empresas recuperadas en el país, que ocupan 15.321 trabajadores. Del total de empresas y de trabajadores, poco más de la mitad se ubica en el Gran Buenos Aires (114) y en la Ciudad de Buenos Aires (71). La mayoría de las empresas se dedican al rubro metalúrgico (70), seguido por alimentación (49), gráficas (38), textiles (28), gastronomía (25), industria de la carne (25) y construcción (18), seguidas por salud, madera/aserradero, educación, químicas, medios de comunicación, transporte, industria del cuero, vidrio, comercio, combustible, hotelería, entre otros. Todas las empresas recuperadas sufren la misma situación, un tarifazo que las puso entre las cuerdas. Ahora se organizan esperando poder recibir una tarifa social que les permita seguir subsistiendo.

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