Papelón de Red por Argentina en el Concejo Deliberante de La Matanza


El concejal que representa a ese sector pidió licencia en diciembre y en febrero reclamó volver, el que había ocupado el cargo salió a criticar a su propia dirigencia. Un culebrón berreta que deja mal parados a los de Felipe Solá.

Por Claudio Kappeler

Gregorio de Laferrere es una de las ciudades más populares de La Matanza. Militar ese territorio es difícil si se tiene en cuenta lo fuerte que pisa la barrabrava del Deportivo, una facción que siempre fue protagonista en las campañas proselitistas.

A poco de haber asumido como intendente, Alberto Balestrini vivió en carne propia el apriete de los de Lafe. Fue cuando estaba en la plaza central de esa ciudad y, de repente, varios sujetos comenzaron a increparlo y luego intentaron golpearlo. La gente del por entonces jefe del PJ lo sacó rápido del lugar y tuvo que resguardarlo en la delegación municipal que se encuentra enfrente. Desde entonces, el oficialismo de La Matanza no tiene buena relación con los del verde, cosa que sí sucede con el líder del gremio de empleados de comercio Julio Rubén Ledesma. El hombre del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) siempre trabajó junto a referentes de esa facción y les dio cobijo desde dicha asociación. Tan así que organizó el primer acto del que participó Néstor Kirchner, antes de ser presidente, en el distrito: fue en el campo del estadio del Deportivo Laferrere.

La relación entre Ledesma y la barra nunca se rompió, apenas tuvo un impase años atrás cuando no los “contuvo” y los del verde prohibieron que se realizaran pintadas políticas en las paredes de la ciudad. Nadie podía hacer campaña en la zona.

En 2015 el que tomó la posta en ese sentido fue Miguel Saredi. El excandidato a intendente se pegó a un personaje conocido en Gregorio de Laferrere: Ricardo “Choper” Valdez. Referente del transporte ilegal del lugar y de buena llegada a la barra, Valdez desarrolla los negocios que van por colectora y sirvió para que Saredi pudiera hacer buen pie en la zona.

El tiempo separó a ambos dirigentes cuando “Choper” entendió que Ledesma manejaba una economía mucho más amplia que Saredi y podría llevarlo a algún lugar concreto en su incipiente carrera política. Fue así que terminó siendo candidato a concejal en 2017, ingresando como edil en diciembre de ese año.

Desde su sapiencia política Valdez es un personaje sumamente limitado y se maneja más por la intuición económica. Quienes lo elijen lo hacen por un único motivo: su respetable poder territorial en Laferrere.

Cuando el massismo quedó pegado a Mauricio Macri, el concejal dio un rápido salto y se unió al bloque comandado por Fernando Asencio, hombre de Felipe Solá en La Matanza que hoy ocupa el cargo de subsecretario de Asuntos Nacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

En diciembre último, Asencio dejó su banca como diputado nacional para ocupar ese lugar en el Gobierno nacional, de la mano de Solá pero ese movimiento lo alejó de La Matanza, donde además Héctor Mantello -su hombre de mayor confianza- finalizó su mandato como concejal. Qué pensó Asencio, dejar a Valdez solo en el Concejo Deliberante sería regalarle un escaño al oficialismo ya que, intuyó, comprar al hombre de Laferrere no necesitaría de mucha ingeniería por parte de Fernando Espinoza. Entonces le pidió a Choper que se tome una licencia con la promesa de conseguirle un lugar en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Pasó diciembre y enero y ese puesto nunca llegó. Valdez comenzó a impacientarse y amenazó con regresar a su banca, mientras los de Asencio lo contenían.

A todo esto, otro hecho se suscitó en el distrito. José María Caruso, el hombre que ocupó la concejalía del referente barrabrava, hizo buena relación con el Gobierno municipal. “Estaba sacando los pies del plato”, dijeron desde las huestes de Asencio dando a entender que Caruso olvidó quién era su conducción para iniciar un armado propio.

El concejal dijo estar “desilucionado” y aseguró no haber traicionado a nadie. Choper, en tanto, mandó una carta a la presidenta del HCD, Liliana Pintos, informándole que regresaría a su banca. La licencia del laferrerense duró solo dos meses, un hecho inédito en La Matanza donde se habla de un papelón por parte de la gente de Red por Argentina.

Pero el culebrón no terminó ahí sino que, además, Valdez se enojó con el oficialismo y pidió hablar con el intendente . “Si no me llama rompo la relación con el municipio y me armo un bloque aparte”, amenazó. Se sabe que los buenos modales no son costumbre en Choper, quien prepoteó a Liliana Pintos primero por teléfono y después personalmente. El antecedente violento más cercano del concejal fue en el ascensor del Concejo Deliberante donde, según trascendió, amenazó con apuñalar al por entonces concejal Daniel Novoa. Como se ve, Valdez es un ejemplar complicado de la política matancera y esta vez su accionar se conjugó con una serie de desaciertos de bloque que pusieron en ridículo al espacio que a nivel nacional maneja el canciller Felipe Solá.

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