En el mes de julio del año 2011, la asociación civil Por Amor a Nuestros Hijos (PAANHI) se vio obligada a cerrar sus puertas porque no podían solventar los gastos de alquiler. Hace tres meses, los jóvenes retomaron sus clases. Aunque consiguieron un lugar que les ofreció un club, piden colaboración para seguir con sus tareas.
En el club El Fortín ubicado en la calle Sudamérica 3281, del barrio El Mirador de la localidad de Gregorio de Laferrere, la asociación consiguió un lugar provisorio, pero PAHNNI continúa con la lucha de 11 años para conseguir un lugar propio porque siempre funcionó en casas alquiladas y espacios prestados.
Los jóvenes, a partir de 16 años, concurren de lunes a viernes en el horario de 13.30 a 16.30. Allí realizan actividades como panificación, manualidades, gimnasia, folclore, apoyo escolar y música.
Fidel Suárez, presidente de PAHNNI reconoció que reiniciar las tareas fue “muy difícil y duro”.
Además, calificó a este inicio como un “empezar de nuevo”, ya que tuvieron que volver a realizar publicidad para que la gente se entere en qué lugar funcionan y agregó que como organización “volvimos a presentar todo los papeles legales para poder funcionar nuevamente”.
Al respecto, el presidente de la asociación comentó que conseguir un lujar fijo sería lo “ideal”, ya que “podríamos instalar en forma definitiva nuestra panificadora, que hoy no está funcionando porque en el club no tenemos el espacio suficiente”. Aunque, a pesar de no tener los elementos necesarios para dicha tarea, los jóvenes continúan con sus clases de panificado.
Si bien Suárez agradeció el lugar que tienen, relató que necesitan muchos elementos para que los jóvenes trabajen cómodos. Entre ellos alarmas, ya que el lugar sufrió robos reiterados y por otro lado, rejas para las puertas y ventanas, también, elementos de refacción.
Por otra parte, dijo que por las lluvias tienen que suspender las actividades por que “el lugar se inunda”.
Esta asociación que se originó por la iniciativa de padres de niños con capacidades diferentes, quienes no encontraban en otras instituciones la contención que sus hijos necesitaban, se mantiene con el solo cobro de una cuota social. “El dinero lo recaudamos de actividades solidarias como bingos y rifas, también para solventar los gastos”, informó Fidel Suárez.