Denuncian que uno de los tramos del arroyo es el destino final de “carreros” que tiran residuos que transportan de zonas linderas. Los vecinos dicen vivir con olores nauseabundos y aseguran que hay altos niveles de contaminación.
Por Soledad Martínez
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Un grupo de vecinos que viven en las inmediaciones del arroyo Susana, en el tramo que atraviesa las calles Voissin y Lacar en la localidad de Gregorio de Laferrere, denunció que el lecho del arroyo se está convirtiendo en un basural a cielo abierto. Según los habitantes de la zona, diariamente llegan a la vera del arroyo los “carreros”, personas que transportan la basura de barrios linderos en sus carros y la depositan en el lugar, provocando la acumulación de grandes cantidades de residuos.
“Es común que la gente de los barrios cercanos, para sacarse la basura de encima, le paguen a los carreros para que se la lleven, y todos esos residuos van a parar al arroyo”, contó Nancy Coronel, vecina del lugar.
“No podemos darnos el lujo de tener las puertas o ventanas abiertas de nuestras casas y muchas veces ni siquiera podemos tener visitas, porque si invitás a alguien tenés que pedirle que se aguante el olor y las moscas”, agregó Ana Salvatierra, que también vive en cercanías del arroyo.
Ambas vecinas coinciden en que la problemática que sufren “se debe al servicio deficiente de Martin & Martin, empresa responsable de la recolección de residuos en La Matanza, que no pasa durante varios días. También pasa que cuando la bolsa de basura es grande, tampoco la llevan”, agregó Salvatierra.
Según manifestaron las vecinas del lugar, la acumulación de basura, se debe también “a la falta de solidaridad entre vecinos, que con tal de sacar la basura del frente de sus casas, no les importa perjudicar a otros”.
En tanto que a la vera del arroyo Susana no sólo llegan residuos de casas particulares, sino también de comercios, como verdulerías o del local de comidas rápidas McDonald’s y hasta restos de telas provenientes de talleres de costura.
Una de las situaciones más críticas se vivió el 25 de diciembre último. “Ese día apenas se podía pasar por la calle, era un basural. Había de todo, no sólo basura, sino perros y gallinas muertas, un olor nauseabundo impresionante y moscas”, describió Coronel.
“Con los feriados de las fiestas, pasaron varios días hasta que vinieron a limpiar, pero no pasó mucho hasta que se volvió a llenar de basura, porque no hay control”, añadió Ana Salvatierra.
Otro de los problemas se genera con la quema de la basura, con la emanación de fuertes olores y grandes cantidades de humo. “Son los mismos carreros los que queman y muchas veces terminamos pelándonos con ellos, porque no es la solución. Pedimos que se deje de tirar basura, que se controle y aunque sea una cuadrilla municipal pase a limpiar la vera del arroyo”, señaló Nancy Coronel.
Inundaciones y contaminación
En gran parte, el arroyo Susana está entubado, no así el tramo que recorre en la intersección de las calles Voissin y Lacar. Colapsado con basura, con cada lluvia el arroyo desborda y los vecinos sufren inundaciones. Además, según denunció Ana Salvatierra, hay cloacas clandestinas que desembocan en el arroyo Susana.
La situación se agravó aún más en febrero de 2008 cuando un químico altamente contaminante y perjudicial para la salud fue vertido en el arroyo por un hombre, que diariamente llegaba al arroyo a tirar basura en su carro. Fue la tía de Nancy Coronel, Alcira Cabrera, quien realizó la primera denuncia por contaminación en el arroyo. La mujer falleció en el año 2010 a causa de un cáncer fulminante. “Estamos seguras de que fue por el veneno que fue tirado en el arroyo, la contaminación que provocó”, dijeron las vecinas del lugar.
Según contaron Salvatierra y Coronel, en el barrio se registró un caso similar. Un hombre que vivía a la vera del arroyo también falleció de cáncer. “En tres meses, se nos fue”, contaron. “Estas personas murieron por ese químico que fue vertido sin control y obviamente de manera ilegal”, aseveró Salvatierra. El hombre que arrojó el producto químico al arroyo fue denunciado por los vecinos, pero la causa no avanzó.
“Creemos que hubo un arreglo con la empresa responsable de desechar este químico de manera clandestina, contratando ‘carreros’ para que tiren sus residuos”, dijo Coronel. El producto presuntamente vertido en el arroyo que se llama Aldrich, según relató Salvatierra. “Por lo que pudimos averiguar, es altamente contaminante y trae muchos problemas de salud, como dolores estomacales, erupciones en la piel, problemas respiratorios y mucho más. Hoy se están dando estas situaciones en el barrio”, aseguró la vecina.
Por su parte, Ana Salvatierra contó que su madre, que también vive en el barrio, sufre de Deficiencia Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). “Esta enfermedad se la detectan a las personas que fuman o que están expuestas al humo del cigarrillo a lo largo de los años, pero mi mamá jamás fumó y en nuestra familia no hay fumadores. Además en la zona muchas personas sufren la aparición de forúnculos y granos constantemente”, dijo.
Buscando una solución definitiva a la problemática que padecen, los vecinos realizaron la presentación de firmas, informes y fotos sobre la situación que atraviesan en diversos entes gubernamentales a nivel local, provincial y nacional. “Queremos vivir sin montañas de basura en la puerta de nuestras casas, sin olores nauseabundos y sin contaminación”, concluyeron las vecinas.