…Y en eso llegó Cristina, para mover la estructura

cristina espinoza“Vine a trabajar junto a ustedes para hacer un nuevo país”, decía Néstor Kirchner allá por 2003 en lo que sería una de sus primeras visitas oficiales al partido de La Matanza. Le gustaba venir al Distrito, su estrecha relación con el por entonces intendente Alberto Balestrini y su irreverente y desenfadada personalidad lo ponían cerca de la gente.

 

Por Claudio Kappeler

ckappeler@periodicosic.com.ar

Un año después hablaba de “trabajar juntos” para “hacer muchas cosas”. Se enojaba porque no había agua potable para más de 800 mil personas, ni cloacas: “No vamos a depender de si la empresa nos autoriza o no nos autoriza a suministrar el agua”, advertía y prometía subir “escalón por escalón” para “recuperar la dignidad”.

Es 31 de marzo de 2015, pasaron muchos años desde aquellas palabras. La Matanza mueve micros, banderas, bombos y remeras para recibir a Cristina Kirchner después de mucho tiempo. La Presidenta logra que en estas tierras -donde la pelea política es casi cuerpo a cuerpo y todo rival es externo-, se junten banderas de la JP, La Cámpora, Miles, Nuevo encuentro y otras tantas agrupaciones y organizaciones que se reúnen para recibirla. En el Distrito empezó el año electoral, empezó la campaña.

Desde mayo de 2013 no se la veía pisar suelo matancero. Desde aquel día en que dijo que estaba en “el corazón de la Patria”, en una frase que quedó grabada en el Distrito. “Es impresionante, los amo profundamente”, inicia la Presidenta antes de la cadena nacional y recuerda aquellos días en que La Matanza empezaba a ser conocida ya no por los piquetes ni los saqueos, sino por los anuncios de lo que se vendría.

“Uno recorre el país, pero yo no sé qué pasa en este lugar; Néstor me decía que es un lugar mágico, cuando él llegó no había agua potable, no había cloacas, no había nada, y la gente te recibía como si estuviera en el mejor de los mundos”.

Néstor Kirchner ya no está físicamente , Alberto Balestrini nunca volvió a la política tras su ACV, y la coyuntura es diametralmente opuesta. CFK está a punto de finalizar su segundo mandato, mientras que Fernando Espinoza llega a sus diez años como intendente de La Matanza, queriendo ser gobernador de la provincia de Buenos Aires, sin correrse del lugar que lo vio asumir y cobijó su crecimiento político.

A pesar de este final de todo -o principio de lo nuevo-, Cristina anuncia en La Matanza  una nueva inauguración de obras de agua potable con una inversión total de $42.874.387, en una obra que beneficiará a 73.140 matanceros. Transfiere 10 hectáreas para la construcción de un parque público en Ciudad Evita, y la desafectación de 8 hectáreas para ser usadas por el programa Pro.Cre.Ar. Esto además de inaugurar el Centro Cultural y Deportivo “Juan Domingo Perón” de González Catán (con una inversión total de $30.724.824), donde ahora están los bombos y el choripán.

A eso hace referencia la Presidenta cuando habla de ser solidarios y entender la realidad de los pobres: “Cuando dicen que ustedes van a las movilizaciones por el micro y el choripán, díganles que no, que van por el agua potable, por las cloacas, por las casas, por las calles, por el pavimento, por la Universidad, por el trabajo, por eso van”.

Es día de paro y CFK llama a ser solidarios: “Cuando uno no ha conocido la pobreza, la carencia, es difícil que te nazca la solidaridad. Si desde el día en que naciste siempre tuviste las cosas más elementales como el agua y la cloaca, es muy difícil que entiendas el valor de eso”.

“Me duele mucho más cuando los que vienen del palo y lograron pelechar un poco, tienen trabajo, y se olvidan de los que todavía están afuera o todavía no ganan lo suficiente y hacen un paro porque tal vez tengan que dar un poquito de su sueldo para otro compañeros”, advierte la Presidenta.

Sin mencionarlo, y hasta tal vez de manera inconsciente, Cristina Kirchner vuelve al discurso de Néstor: “Los que pudieron subir escalón por escalón, miren un cachito para atrás y miren que todavía hay gente al pie de la escalera y hay que hacerlos subir el primer escalón, para progresar, para incluirlos… yo les pido que tengamos mucha solidaridad para con el otro”.

“Gracias por el amor” dice la Presidenta antes de irse, sin la certeza de volver y con todas las dudas sobre lo que pasará en un futuro inmediato. Eso también lo sabe Fernando Espinoza, que anda piloteando su avión personal bajo turbulencias y sin destino cierto.

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