La elección local fue contundente y logró revertir el resultado provincial

Tras el cierre de campaña en el Distrito, CFK arrasó en La Matanza

El peronismo volvió a ganar con amplio margen y la sorpresa la dio Cambiemos, que hizo una buena elección. Los malos resultados de Sergio Massa ayudaron al Gobierno Nacional. El oficialismo local otra vez superó los 300 mil votos.

Por Claudio Kappeler

El artista invitado diría que esto “no es sopa” y no se equivocaría.  Son más de 300 mil votos en un Distrito que viene siendo gobernado desde siempre por el peronismo, un dato que podría presuponer un cansancio. Es una diferencia de más de 20 puntos contra todo el aparato y la economía de los Gobiernos Nacional y Provincial. Es otra vez el territorio que más votos le aportó en el conurbano al kirchnerismo.

Hay que decir entonces que el resultado en La Matanza no se discute, ni ahora ni en octubre. El escrutinio vapulea a cualquier fuerza que quiera hacerle frente al binomio conformado por  Fernando Espinoza y Verónica Magario. Desde diciembre próximo el exintendente será diputado nacional, María Laura Ramírez será diputada provincial junto a Juan Carlos Haljan, y el Concejo Deliberante seguirá en poder de la actual jefa comunal.

A diferencia de otros territorios bonaerenses, acá el oficialismo puede hacer alarde de no necesitar el arrastre de candidatos nacionales para obtener buenos resultados. Ya lo demostró en elecciones adversas a nivel provincial y nacional en las que la oposición no pudo vencer al Gobierno.

Hay sin embargo algunas decisiones en cuanto a la campaña regional que modificaron los viejos métodos y no resultan del todo convincentes. En los últimos años el oficialismo cambió el rumbo de su estrategia y tanto Espinoza como Magario comenzaron a ser parte de una maquinaria del marketing que los lleva a pasearse por cuanto estudio de televisión hable de política. Ambos dirigentes tomaron así un posicionamiento provincial pero el discurso sigue en rededor de generalidades y reiteraciones sistemáticas.

No está mal querer llevar La Matanza a otras esferas, de hecho fue el camino iniciado por Alberto Balestrini durante el Gobierno de Néstor Kirchner y tuvo excelentes resultados. El problema es cuando ese perfil se empieza a parecer al de los Partidos sin contenido. El problema es si ese discurso deja de pisar suelo matancero y se encandila con las luces de las cámaras.

La campaña, en los últimos tiempos, hace eje en los programas televisivos y las reuniones plenarias a las que sólo asisten los propios. Falta más conexión directa con el vecino, que la gestión de base sea un pilar, no un trámite electoral.

¿A caso el oficialismo de La Matanza permite adrede el crecimiento de un personaje venido de tierras ajenas como Miguel Saredi?. ¿No tiene que ver eso con errores propios?. El candidato de Cambiemos (que también fue candidato kirchnerista y luego pasó por el negocio de Sergio Massa) viene cosechando buenos resultados en el Distrito. Logró representatividad legislativa propia y en esta oportunidad encabezó la lista que, como él mismo se encargó de destacar, se convirtió en la alternativa al gobierno comunal.

Escrutado el 94,42% de las mesas, la lista liderada por Magario se imponía por 332.973 votos contra 177.314 para Cambiemos. Lejos quedó el sector del Frente Renovador con 93.076 sufragios a favor.

La diferencia es brutal y no hay dudas del crédito que el votante le sigue dando al Gobierno municipal. Desde la comodidad de ese colchón el oficialismo puede estar tranquilo. Ahora debería ocuparse de las alianzas con sectores peronistas que quedaron en el camino para que octubre ratifique al 13 de agosto. Aunque también debería saber que quedarse tranquilos no es dormir la siesta de la arrogancia. Hay que retornar al llano más seguido, estar cerca de lo que pasa en los barrios.

 

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