[audio:https://periodicosic.com.ar/wp-content/uploads/2011/12/Ricardo-Vitullo-ed..mp3|titles=Ricardo Vitullo]
Los habitantes del barrio Peluffo de Villa Luzuriaga quieren llegar a una solución favorable para el bien de todos. Por un lado, para los habitantes de la calle Algarrobo que pidieron que la asfalten, y por otro para todos aquellos que exigen que no se talen 400 metros de arbolado, que contienen a 85 especies de casuarinas que datan de más de 70 años de vida.
Por Maricel Pisa
mpisa@periodicosic.com.ar
Ricardo Vitullo, representante de la Asociación Civil Peluffo Verde, contó, en diálogo con S!C, que “surgió un tema con la calle Algarrobo, que justamente tiene nombre de árbol, y está justo a la altura de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en Camino de Cintura, de la mano de enfrente, esta calle tiene una particularidad y es que conserva un remanente de una cortina forestal, de cuando era la chacra de los Peluffo, y costea una vereda de toda esta calle a lo largo de 400 metros, son alrededor de 85 especies de casuarinas, de un valor ambiental y natural muy importante, es muy importante por la edad, son de 70 años y un poco más”.
En este sentido, Vitullo explicó que “hay un proyecto para asfaltar, y en este caso el ancho de la calle es de cuatro metros, y aparentemente desde la empresa que se haría cargo dicen que los tienen que extraer porque cuando caven se pueden caer, puede peligrar su estabilidad”. Sin embargo, el también vecino narró que desde la Asociación “siempre estamos haciendo estudios y relevamientos, y este tipo de árboles tiene raíces que se adaptan bien para estar en cercanías con construcciones, en este caso el asfalto, o sea que no implicaría un peligro el hecho de tener que profundizar un poco la calle para realizar el pavimento, no habría ningún problema de estabilidad”.
En tanto, mencionó que “existen alternativas, como el denominado asfalto negro para el que no se necesita cavar tanto, se baja un poco el nivel y se le hecha una capa asfáltica de 7 cm”.
Además, Vitullo explicó que “esta calle termina en un paredón, son cuatro cuadras, no se trata de una arteria principal, y sería para el tránsito de la gente que vive en la zona, igualmente si quieren hacer el asfalto convencional, puede hacerse, quedaría un poco más angosta porque tendría que respetar los cuatro metros, pero para el hecho funcional no cambia, porque pasan dos vehículos mano y contramano, ambulancias, camiones de residuos, patrulla, todo, y no habría problema”. Es por eso que Ricardo hace hincapié en que “se pueden compatibilizar las dos cosas, y que por hacer un metro más de asfalto no se puede erradicar estos árboles, que nos están dando un montón de beneficios desde hace más de 70 años”.
“Buscamos una solución que sea favorable para todas las partes”, concluyó Vitullo.
Peligro de tala
Ricardo expuso algunas estadísticas importantes para tener en cuenta, a partir de los estudios que realizan. En un primer lugar, expuso: “Cada árbol de estos produce el oxígeno que consumen 15 personas por día, y un auto en funcionamiento consume esa cantidad de oxígeno en una hora, si uno saca la relación de beneficio ambiental que se perdería es muy importante”.
En segundo lugar, el vecino indicó que “las napas freáticas también son un tema a contemplar, tenemos las napas a cuatro metros de profundidad, al haber agua corriente y no de pozo, hay humedad latente que cuando hay lluvias se siente en los cimientos de las casas, cada uno de estos árboles absorbe con sus raíces entre 700 y 1200 litros diarios, y a su vez lo transpira en sus hojas, que es el producto fresco que uno siente cuando se pone a la sombra de un árbol”. Y el tercer punto que enumeró se vincula con la fauna que se vería afectada, “albergan una biodiversidad interesante, hemos contabilizado 40 especies de aves, y estas plantas grandes y antiguas albergan mucha cantidad de pájaros”, explicó el vecino.
Poda correctiva
Ricardo explicó que lo que puede emplearse, en ciertos casos, es hacer una poda correctiva, ello en el momento de que alguna rama del árbol en cuestión esté poniendo en peligro a algún peatón, algún techo de alguna casa, o en el caso de que se interponga en las luminarias o en el tendido eléctrico.
Al tiempo que destacó que “únicamente la extracción se justifica si la especie ya está muy vieja y no hay vuelta atrás, si hay decrepitud irreversible, pero luego debe hacerse el correspondiente reemplazo”.
Respecto de las podas mal realizadas, que en realidad mutilan a los árboles, expresó que “cada corte importante es una herida que no cicatriza, y reduce en un 40 por ciento la expectativa de vida del árbol, entran patógenos, se pudre la madera, se hacen huecos”.
Peluffo en el HCD
Los miembros de la Asociación Civil Peluffo Verde vienen trabajando incesantemente desde hace cuatro años en un proyecto que contempla declarar esta zona de Luzuriaga como paisaje protegido. Sin embargo, los vecinos se quejan porque el proyecto aún no ha sido tratado en alguna sesión del HCD.
“Es importante reconocer a estos lugares como valuarte naturales, empezar a considerar estas zonas como patrimonio naturales como se hace en otros municipios”, recalcó Vitullo.
En este sentido, Ricardo explicó: “Esto lo elaboramos con vecinos e instituciones vecinales, escuelas, iglesias, bibliotecas populares, y todavía estamos a la espera de que sea tratado en sesión del Concejo Deliberante”.
“El proyecto está avalado por 14 instituciones de la zona y por la firma de 2500 vecinos”, detalló el miembro de Peluffo Verde.
En ese momento, “repartimos copias a los concejales, incluso a la Secretaría de Medio Ambiente, el único que se mostró interesado fue Ricardo Maidana que conocía la zona y valoró el trabajo vecinal, 2500 personas y distintas instituciones son un peso importante, todos los sectores sociales están representados y avalan algo que es bueno para todos”, recordó Ricardo, al tiempo que aclaró que “todavía estamos a la espera, estamos esperando que hagan los estudios que dicen tienen que hacer, y que se trate como un tema más importante de la comunidad en la sesión del Concejo (Deliberante)”.
Igualmente, Vitullo recalcó que “no nos quedamos quietos, empezamos a intervenir en el sistema educativo no formal, dando talleres, charlas en colegios y capillas, y este año comenzamos a traer a los alumnos de colegios a la institución, hay un jardín botánico de especias nativas, funciona un vivero comunitario, donde los chicos tienen la posibilidad de estar en contacto directo con la flora autóctona, y pueden realizar talleres de germinación”.