Los distritos del Oeste siguen reacomodándose tras la tormenta

 

Aún quedan vestigios de la tormenta que azotó profundamente al oeste del Conurbano Bonaerense, pasadas casi tres semanas, todavía pueden observarse árboles caídos, acopio de ramas, troncos y chapas en terrenos baldíos para luego ser trasladados definitivamente por los camiones recolectores, incendios, cables que aún están colgando, y desabastecimiento de velas.

A más de 20 días de la tormenta, muchas familias todavía no pudieron recuperar los elementos que perdieron durante la lluvia y los fuertes vientos, casas sin techo, muebles, artefactos eléctricos, colchones y ropa quedaron empapados, y en algunos casos terminaron su vida útil. En muchas zonas los vecinos que pudieron soportar la inclemencia del tiempo, salieron a colaborar con los más perjudicados, ya sea llevándoles agua, colchones y abrigo.

Entre los vecinos que se vieron afectados, se encuentra Darío, que seguramente representa a la mayoría de los habitantes de la zona, a quien se le cayó un árbol sobre la casa en la que vive en Morón, además ese era su lugar de trabajo, en el que poseía varios aparatos electrónicos para desarrollar su labor, y durante la tormenta, su techo quedó roto por la caída de un árbol, por lo que el material quedó destrozado y mojado. Al respecto, el joven señaló: “Todavía no sé qué voy a hacer sin mis herramientas de trabajo, pero por suerte todos estamos bien”.

Según estadísticas oficiales del Gobierno municipal de Morón, “se cayeron 800 postes de energía eléctrica, alumbrado, telefonía y cable, y diez mil son los árboles dañados o derribados”. Además de dar a conocer que el 75 por ciento del territorio sufrió distintos daños.

Otro de los municipios más castigados por los vientos, fue el distrito de Ituzaingó, muchos vecinos estuvieron sin luz cerca de 20 días después de ocurrido el fenómeno meteorológico, y aún deben regularizarse las instalaciones eléctricas. Además, de ser uno de los partidos que fomentan la vida verde, y la preservación de los árboles, ello fue contraproducente a la hora de la tormenta, ya que “se perdió el cincuenta por ciento del arbolado”, informó Pablo Piana, Secretario de Infraestructura de Ituzaingó.

Según detallaron, “se realizaron más de 1200 viajes para extraer los árboles, postes y chapas de la vía pública”, aunque para facilitar y acortar el traslado los fueron depositando en terrenos libres, como en el caso de un espacio ubicado en José María Paz al 2900, que como consecuencia de la acumulación del arbolado derrumbado, vecinos de la zona lo prendieron fuego temiendo por la inseguridad, pero lejos de ser una solución para erradicar la gran montaña de troncos y ramas, se produjo un incendio que tardaron más de un día en apagar.

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