Espinoza renovó la intendencia pero en el PJ siguen discutiendo su poder

El peronismo de La Matanza ingresó en una nueva etapa de negociaciones y reposicionamientos. Con la intendencia por otros cuatro años, Fernando Espinoza dejará el lugar para reestructurar el Gobierno local. La herencia y una pelea interna que no termina.

 

 

 

 

 

 

Por Claudio Kappeler

ckappeler@periodicosic.com.ar

 

El contundente triunfo de Fernando Espinoza no está en discusión. Se posicionó en las urnas por segunda vez consecutiva a pesar de los malestares internos y la guerra fría que mantiene con un amplio espacio del peronismo local. Ahora pretende escalar esferas provinciales, pero la necesidad de una reestructuración del Gobierno Municipal apura una toma de decisión que descifrará su destino político: seguir apoyando a Cristina Kirchner o volcarse de lleno hacia la figura de Daniel Scioli.

Meses antes de que se iniciaran las Elecciones Primarias, el murmullo interno no ocultaba sus dudas sobre la candidatura del heredero de Alberto Balestrini. Si Fernando Espinoza hubiese sido dueño de su futuro, la intendencia no sería hoy su lugar de permanencia; está cansado, desgastado, y sus ambiciones personales desvían su mirada hacia La Plata. Empero no presentarse hubiese significado el quiebre cuasi definitivo del PJ gobernante, una arremetida de los dirigentes que ya no lo quieren en ese lugar habría iniciado el final del status quo.

El peronismo de La Matanza, ese esquema todopoderoso que gobierna el Distrito desde hace casi 30 años, está dividido hoy en franjas bien diferenciadas. En el esquema sobresalen los manejos políticos empresariales de Raúl Magario (el exdirigente montonero que supo crear su propio poder territorial), y el armado político partidario de un grupo heterogéneo que integran gremialistas y viejos popes del PJ distrital.

Luego de que Alberto Balestrini sufriera un ACV que aún lo mantiene alejado del escenario político, Magario tuvo campo fértil para moldear el Gobierno Comunal a su antojo. Tan así, que en el Distrito lo reconocen como el intendente paralelo, por su fuerte incidencia sobre Fernando Espinoza.

 

El futuro llegó

 

El intendente de La Matanza no cuenta con el apoyo incondicional del peronismo gobernante. Desde antes de las Primarias se sabía que ese respaldo tiene condiciones y lleva impresa una fecha de vencimiento, que ya llegó.

El eje de la discusión interna se centra en el reparto del poder, en el manejo de las cajas, un juego que Alberto Balestrini manejaba “maradonianamente”, ya que su figura rompía los límites distritales.

Es en este mapa que, a pesar del triunfo o por consecuencia de ello, el Jefe Comunal está otra vez acorralado por una decisión que no puede esperar. Seguir su falso camino de apoyar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner o revalidar sus compromisos con el gobernador Daniel Scioli.

Quienes intentan descifrar los posibles caminos insisten en que Espinoza y los suyos creen que el kirchnerismo no es más que una circunstancia, un proceso de final próximo, y desde esa convicción pretenden apuntalar el peronismo como única herramienta para la continuidad.

El reiterado rumor de un intendente dejando el cargo antes de tiempo despierta una puja que no se ve, pero se hace oír. El 10 de diciembre próximo Espinoza asumirá su segundo período (tuvo medio mandato tras la renuncia de Balestrini en 2005) pero nada asegura su permanencia hasta 2015.

En el PJ evalúan dos posibilidades: la primera, a poco de asumir podría tomarse una licencia dejando en el cargo a Verónica Magario, con lo que evitaría un nuevo llamado a elecciones comunales, y la segunda, recién cumplidos los dos primeros años de su mandato recalaría otras esferas y, a esa altura, Raúl Magario tendría el poder absoluto.

 

Nuevos herederos

 

El clan Magario no logra todavía los consensos necesarios para evitar la colisión interna. Suponen que esa tarea estará en manos de la electa primera concejal justicialista, con su padre como máximo paraguas. En la vereda de enfrente están los denominados balestrinistas puros, el kirchnerismo opositor, y aquellos que pretenden perfilar su estructura para pelear la intendencia dentro de cuatro años.

Todo indica que la ya conocida guerra fría del PJ matancero sigue en pie, porque nunca se acabó. Y esta nueva etapa reacomodará nombres y espacios, dejando puertas abiertas para negociaciones que pueden afianzar el poder gobernante, o quebrarlo.

 

Paso a Paso

 

1999  Fernando Espinoza asume como concejal en el triunfo de Alberto Balestrini contra Lidia “Pinky” Satragno.

 

2002  Una movida política hizo caer a Raúl Mathiú como presidente del Concejo Deliberante y Fernando Espinoza se erigió en ese cargo. Con apoyo de la oposición.

 

2005  Se convierte en intendente de La Matanza cuando Alberto Balestrini renuncia al cargo para asumir como presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

 

2007  Por primera vez Fernando Espinoza es elegido como intendente a través de las urnas.

 

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