La UCR, entre el papelón y el desafío de “resucitar”

La Justicia Electoral suspendió las elecciones internas del 24 de junio por irregularidades en los padrones. En el Distrito, la medida benefició a los dos sectores en pugna.

En un distrito como La Matanza, suspendido en polos de pobreza, irregularidades municipales, crisis en la salud o el peligro latente del transporte ilegal, la UCR sigue sin proponerse como una alternativa política al sistema actual. Preocupados en dirimir el poder interno en las urnas, los cráneos radicales se encaminaron hacia una elección que no fue, y otra vez los puso en la vereda del papelón.

Por Claudio Kappeler

ckappeler@periodicosic.com.ar

 

El juez con competencia electoral Manuel Blanco, decidió el viernes 22 de junio suspender las elecciones internas del radicalismo bonaerense tras una denuncia de la lista liderada por Leopoldo Moreau y el excobista Mario Meoni. Según ambos sectores, en los padrones se incluyeron dobles afiliaciones con partidos vecinalistas, entre otras supuestas irregularidades.

Desde los espacios aliados a Ricardo Alfonsín, entendieron que las denuncias fueron motivadas por el temor a perder la elección internas en sitios clave como la primera sección electoral. En La Matanza, en tanto, la suspensión cayó bien en ambos espacios.

El candidato a presidente del Partido por la lista 125 (que aglutina a referentes de Federico Storani, Leopoldo Moreau y Julio Cobos) entendió que “no fue la mejor noticia” pero analizó que “se evitó algo peor”.

En diálogo con S!C, Enzo Gioia sostuvo: “Este padrón lo había hecho el ricardismo, era espantoso y no era el mismo de la última interna. Se infló con militantes de partidos vecinales, y hasta había fallecidos”, cuestionó.

Según el dirigente de Gregorio de Laferrere, “el problema se centraba en la primera sección electoral”, y minimizó las irregularidades que pudieran involucrar a La Matanza. Desde este espacio, varios dirigentes coincidieron en señalar que, si bien la suspensión los benefició a nivel global, en el Distrito se vieron perjudicados ya que, según afirmaron, el sector tendría entre 800 y 1000 votos de ventaja en comparación con la otra lista.

El referente local del Movimiento de Renovación Nacional (MoReNa) Gustavo Barresi, en tanto, tuvo una mirada ambigua en cuanto al costo-beneficio de la decisión de la Justicia Electoral. “No van a correr con el costo de no sacar los votos que habían pensado”, dijo el opositor a la actual conducción de la UCR matancera. Aunque a la vez reconoció que la medida le dará al lineamiento que integra un mayor tiempo de organización: “Recogimos muchos heridos y nos convenía, se nota en muchos correligionarios un ánimo de revanchismo”, apuntó.

Aunque las versiones sobre la nueva fecha en la que se llevarán a cabo las elecciones varían de acuerdo al sector consultado, ninguno habla de una compulsa que se lleve a cabo en menos de dos meses.

 

Errores del pasado

 

El radicalismo de La Matanza, en consonancia con la conducción nacional, lleva más de una década sin hacer pie en el Distrito. Aquella frustrada elección de 1999, en la que Pinky terminó festejando un triunfo que se derritió en pocas horas, dejó a la UCR con solo dos ediles en el Concejo Deliberante: el hoy fallecido Roberto Rossi y la actual defensora del Pueblo Silvia Caprino.

Llegaron tiempos de sequía hasta 2009, cuando el catanense Manuel Atencio logró una banca en el CD, en lo que sería su segundo mandato como concejal de La Matanza. Aunque esa sequía no solo se reflejó en la ausencia de cargos, las incongruencias y las batallas internas siguen hoy al pie de la letra el accionar radical.

El 2011 pareció un punto de inflexión para el Partido que supo ser la única oposición posible en La Matanza. Ese engendro electoral creado de la mano de Ricardo Alfonsín y Francisco De Narváez tuvo su final previsible: el radicalismo quedó partido en más de dos y la mayoría de sus dirigentes se ocupó de sacar el dedo acusador frente a un espejo ciego.

¿Qué pasa hoy? Más de lo mismo; mientras las principales cabezas de la UCR se desangran entre sí para no perder ese tris de poder que los sostiene vigentes cada final de mes, su accionar político se aleja de ser una oposición de construcción y no pone la mirada en los problemas candentes del Distrito.

Es el mismo andarivel por el que corre su único represente legislativo en el recinto de sesiones. Desde marzo a esta parte, Manuel Atencio está más preocupado que los propios justicialistas por defender la figura de la presidenta justicialista del cuerpo Verónica Magario.

Ocurre que, con menos de un año como fecha de vencimiento en el Distrito, en el radicalismo sus dirigentes siguen mirando el barro en el zapato de sus propios, cuando en cada bolsillo hay una granada, y nadie sabe cuándo puede explotar.

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