El predio en el que funcionó el Vesubio pasó a manos de todos los matanceros

Así lo dejo en claro el intendente Fernando Espinoza al firmar el acuerdo con la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires en el que queda asentado que el predio donde funcionó el Centro Clandestino de Detención pasa a la órbita del Municipio.

“Lo que vamos a hacer en el Vesubio lo vamos a decidir entre todos”, aseguró el jefe comunal. Además se comprometió a “resolver” el conflicto que detiene la puesta en marcha del espacio para la memoria dentro del exdestacamento de Lomas del Mirador en el que desapareció Luciano Arruga.

Por Ángela Tobar
atobar@periodicosic.com.ar

La historia más sangrienta y triste de La Matanza se resume en un nombre: “Vesubio”, se calcula que desde 1975 hasta 1978 pasaron por ese lugar de tortura, muerte y desaparición por lo menos 1.500 detenidos-desaparecidos, entre ellos el guionista Héctor Oesterheld, el cineasta Raymundo Gleyzer y el escritor Haroldo Conti.

Fue un centro clandestino de detención utilizado por el Ejército, que estaba ubicado en la localidad de La Tablada, cerca del cruce del Camino de Cintura con la Autopista Riccheri y junto con la ESMA, tiene el mayor número de operaciones durante la represión ilegal de la dictadura.

En lo que actualmente se puede ver sólo un terreno con árboles existió un lugar de operaciones en los que funcionó un «grupo de tareas» que  dividía el edificio en casas existía la «casa 1» en la que funcionaba la jefatura de inteligencia; mientras que en la «casa 2» se encontraban tres habitaciones adecuadas como salas de torturas, en cuyas paredes  estaba grabado, según los testimonios de los sobrevivientes: «Si lo sabe, cante. Si no, aguante» y en la tercera se encontraban las denominadas “cuchas», donde mantenían a los secuestrados.

Los familiares de los desaparecidos y las víctimas que lograron sobrevivir para contar la historia de ese exterminio debieron esperar años para ser testigos de un juicio que castigue a los máximos responsables de las vejaciones que sufrieron. Y esperar otro tiempo más para ser parte de la transformación de ese espacio marcado con la sangre de sus compañeros.

La semana pasada el Municipio de La Matanza firmó un convenio con la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires en el que queda asentado que el predio, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención pasa a la órbita del Municipio con el objetivo de establecer un Espacio de La Memoria y la Vida.

El director de Derechos Humanos de La Matanza, Miguel Roccha rescató en su discurso la importancia de ese acuerdo porque “por ese centro pasaron centenares de ciudadanos que sufrieron torturas y fueron desaparecidos por eso es importante que la memoria esté siempre presente”.

A su turno, el titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, Pablo Pimentel ofreció un discurso crítico al recordar que en el exdestacamento de Lomas del Mirador en el que fue, según consta en la causa, secuestrado, torturado y desaparecido el adolescente Luciano Arruga se había prometido crear un espacio de memoria y hasta el momento no se había logrado concretar ese discurso en la práctica.

Y manifestó el deseo de lograr trasformar el predio, donde funcionó el Vesubio, “en un lugar para reactivar la memoria, tenemos que hacer un gran esfuerzo, para que el lugar que sirvió como campo de exterminio se convierta en un lugar de vida”.

Y sostuvo que se debe hacer lo mismo “con el destacamento (de Lomas del Mirador) que sirvió para hacer desaparecer a un niño. Hay que reforzar el discurso y bajarlo a la práctica. Tengo la esperanza de que esto se pueda transformar”.

Por otra parte, celebró el traspaso del predio del excentro clandestino a manos del Municipio y calificó ese momento como “un día muy especial en el cual se muestra un crecimiento de la intendencia en materia de los derechos humanos” y opinó que “La Matanza no se había destacado demasiado en la lucha por los derechos humanos, pero desde el último tiempo se ha logrado revertir esto”.

El intendente Espinoza respondió al cuestionamiento de Pimentel al recordar que durante su gestión se creó la Dirección de Derechos Humanos local y desde ese momento se trató de “acelerar las cosas y entendíamos que la Justicia tenía que actuar, pero hoy esto ya no es un sueño si no que es una realidad. El juez (Daniel) Rafecas nos dio hace 3 o 4 meses la posibilidad de firmar este convenio y nos dio la posibilidad de poder decir que el Vesubio va a estar bajo la tutela de todos los matanceros”.

“Lo que vamos a hacer en el Vesubio lo vamos a decidir entre todos y, como siempre, no quiero que esto sea un trabajo del intendente de turno, si no que entre todos nos pongamos de acuerdo en lo que vamos a construir y transformar ese símbolo de tortura y muerte en un lugar de vida. Para nosotros es un gran paso adelante”, aseguró.

“El pueblo de La Matanza dice `Nunca Más´ a vivir esa noche trágica que tuvimos que vivir los argentinos”, destacó, a la vez que reiteró que “lo que vamos a hacer ahí lo vamos a decidir entre todos”.

En referencia al caso del destacamento de Lomas del Mirador en el que desapareció el adolescente Luciano Arruga se mostró optimista al analizar que “va a solucionarse pronto, porque hay una decisión política del Gobernador (Daniel Scioli) y  una decisión del Gobierno Municipal”.

Y expresó que “hay que terminar de limar algunas asperezas, nosotros queremos que el destacamento sea un lugar de la memoria y que sea coordinado por el Municipio, la familia y por medio de ese trabajo en conjunto lograr generar actividades culturales, talleres, trabajar en la concientización social, y crear un lugar para toda la comunidad” y se comprometió a “revisar qué es lo que pasa”.

Desde H.I.J.O.S MATANZA, destacaron el acuerdo al calificar el momento como “un punto de inflexión, que el predio en el que funcionó el Centro Clandestino de Detención quede en manos del Municipio es de destacar y es importante el saber que todos vamos a ser partícipe de este hecho”.

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