El gobierno brasileño expresó su confianza en que Italia deporte a Henrique Pizzolato, fugado a ese país, para encarcelarlo por su participación en la trama de sobornos conocida como «Mensalao» o «el juicio del siglo».
«De acuerdo con un análisis técnico del Ministerio de Justicia, el caso Pizzolato es posible de extradición porque el condenado tiene doble ciudadanía, lo cual torna la situación atípica», señaló un comunicado oficial citado por la agencia ANSA.
El tratado ítalo-brasileño de extradición, que entró en vigencia en 1993, autoriza a que cada país rechace un pedido de deportación contra un connacional, y este sería el motivo por el cual Pizzolato huyó a Italia en septiembre, probablemente desde el aeropuerto de Buenos Aires, Argentina.
El ítalo-brasileño Pizzolato, exdirector del Banco do Brasil, debería estar preso desde el viernes pasado, cuando el Supremo Tribunal Federal ordenó la detención de 12 exmiembros del gobierno de Luiz Lula da Silva por su participación en el «Mensalao».
El Ministerio de Justicia dijo que si Pizzolato no fuera repatriado, Brasil también podrá solicitar que Italia lo encarcele, en cumplimiento de otros pactos internacionales.
Analistas estiman que Italia no concederá la extradición en observancia del tratado bilateral y en respuesta política al asilo concedido por Lula da Silva al ex terrorista Césare Battisti, actitud que no comparte Brasilia.
Para el gobierno brasileño, que aún no formalizó el pedido de extradición a Roma, el caso Pizzolato «no se confunde con el caso Battisti porque están encuadrados en situaciones fácticas y normas jurídicas distintas», señala la nota oficial.
Fuente: Télam