La CGT oficial dividió discursos y se metió de lleno en la interna del PJ de La Matanza. Mientras algunos acompañaron la posible candidatura de Verónica Magario, otros arriesgaron la postulación de Carlos Gdansky. Hubo balacera verbal. Todos coinciden que sólo Fernando Espinoza podría calmar los ánimos.
Por Claudio Kappeler
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Desde hace prolongado tiempo se venían observando actitudes de posibles quiebres en el Partido Justicialista de La Matanza, aunque hasta ahora todos eran simples amagues, casi como berrinches de dirigentes que bajo la excusa de reclamar diálogo amenazaban con emigrar hacia el Frente Renovador.
En las últimas semanas hubo alguna concreción, pero el plato más fuerte lo dio el sindicalismo local al trenzarse en un cruce verbal que dejó desorientado a todo el espectro político del Distrito.
Los primeros chisporroteos del año fueron cuando tres concejales del oficialismo hicieron correr el rumor de que armarían un subbloque en el Concejo Deliberante. Se hablaba de Pedro Ramírez, Rotilio Chamorro y Héctor Villalba integrando un espacio abroquelado en la figura del gobernador Daniel Scioli.
Eso no pasó ni por ese entonces ni la semana última, cuando se volvió a afirmar la conformación de tal sector legislativo.
El único que hasta ahora hizo público su lineamiento con el gobernador Daniel Scioli fue Daniel Castro, hecho que le costó el cargo como secretario de Medio Ambiente municipal ya que en el Gobierno analizaron que se trataba de un lanzamiento de campaña encubierto por parte del exfuncionario para intentar posicionarse camino a la intendencia.
Con Castro fuera de escena, el que siguió amenazando con tomar una medida similar fue Manuel Fresco. Con fluido diálogo con el Frente Renovador, Fresco fue nombrado al frente de la Subsecretaría de Servicios Públicos de la Región Descentralizada de la zona Sur.
Sin embargo, el funcionario insistió con sus reclamos y hasta se presentó en una reunión del PJ local con un discurso duro hacia la gestión política del Gobierno local. Ese fue su final dentro de la gestión de Fernando Espinoza, tan así que ya aterrizó en las filas de Sergio Massa como el primer referente del oficialismo que se cambia de camiseta.
Aunque hubo quienes especularon con una fuga de dirigentes hacia el FR, esa errónea teoría choca contra dos realidades: el poder que sigue ostentando Espinoza dentro del PJ y el desintegrado esquema que presenta Massa en La Matanza. “No confío en nadie”, dijo por ejemplo Julio Ledesma cuando le propusieron llevar a un único candidato a intendente con el apoyo de todas las líneas. Si un propio candidato del Frente Renovador no confía en sus circunstanciales colegas qué queda para quienes están fuera.
Hasta acá la cosa seguía siendo manejable para el oficialismo y el intendente hasta se mostró con Ariel Martínez (del FR) y en otra ocasión también con Ernesto Ludueña, líder de la CGT disidente y soldado de Julio Ledesma. La idea de Fernando Espinoza es siempre mostrar su apertura para que todos los peronistas de La Matanza cierren filas bajo un mismo camino.
Lo inesperado
El que dio la sorpresa en el oficialismo fue el diputado nacional e histórico dirigente de la UOM Carlos Gdansky.
El hombre fuerte del sindicalismo matancero pegó un portazo renunciando a su cargo como secretario de Organización del PJ y mandó decir que su decisión se enmarcó en un “vuelto” para el intendente Fernando Espinoza.
“Nuestro reclamo es ser parte de la discusión, queremos opinar y ayudar en todo lo que hay por arreglar”, dijo el líder de la CGT oficial Mario Ortiz.
Desde el otro lado, la devolución fue un ladrillo difícil de digerir para los sindicalistas: “El peronismo pudo sobreponerse a las muertes de Perón y Evita”, le dijo al Periódico El1 el senador provincial Daniel Barrera en referencia al hueco que podría dejar Gdansky con su renuncia al PJ. Lapidario, el legislador minimizó de esta manera la salida del gremialista del Partido.
En este contexto, quedó también al descubierto la interna que los propios referentes gremiales tienen en la CGT oficial. Carlos Coma, del gremio del Plástico, sentó postura al ponerse al lado de la diputada Verónica Magario en la pulseada por la posible sucesión: “Estamos ante una etapa en la que se debe apuntar a dirigentes jóvenes y me parece que sería muy importante para el Distrito que sea una mujer la que represente ese cargo (de intendente de La Matanza), como símbolo de una etapa distinta en la política argentina”, le dijo al Periódico S!C.
Por su parte, el presidente del bloque de concejales del PJ Ricardo Rolleri volvió a tomar una postura casi ambigua en el marco de las confrontaciones internas. Mencionó a Carlos Gdansky como “una figura importante” y calificó el hecho como “una gran pérdida”. Claro que en ningún momento se acopló al discurso crítico hacia el Gobierno de Fernando Espinoza. Esto lo vuelve a dejar bien parado en ambos lados a Rolleri, por si acaso.
Hasta el cierre de esta edición, el intendente y líder del PJ provincial no se había expresado respecto de los encontronazos partidarios. Ocurre que el jefe comunal sigue con su gira provincial intentando reacomodar el peronismo bonaerense y en paralelo prepara su propio escenario intentando una candidatura como gobernador. En este esquema, se esperaba que todo el arco del peronismo oficialista de La Matanza se alineara a la idea de escalar hacia el gobierno de la provincia de Buenos Aires, dejando de lado las rencillas de bajo nivel. El status quo obliga ahora a Fernando Espinoza a meter mano en el asunto local buscando el equilibrio que le permita seguir aquel camino que tiene como destino final el 2015.