Deportista matancero se prepara para atravesar a nado el Estrecho de Gibraltar

rubén gonzálezSu nombre es Rubén González y es oriundo de Isidro Casanova. Es guardavidas de la Cruz Roja Argentina y profesor de inglés en escuelas públicas del Distrito. Por sus logros deportivos, fue distinguido por la Cámara de Diputados de la Nación. Además,  busca sponsors para encarar sus próximos desafíos.

Por Soledad Martínez

smartinez@periodicosic.com.ar

Oriundo de Isidro Casanova, Rubén González se convirtió en marzo de 2013 en el primer bonaerense que surcó a nado unos 1700 metros del Canal de Beagle. Un año después, se sumergió en las costas del Perito Moreno, cumpliendo una vez más con un desafío inédito para un nadador de la provincia de Buenos Aires.

Siendo uno de los dos nadadores argentinos que realizan este tipo de proezas, en 2015 el deportista matancero abordará dos nuevos desafíos: el cruce a nado del Estrecho de Gibraltar, uniendo Europa y África en julio del año próximo.

En este nuevo objetivo González deberá nadar 14 kilómetros, y la dificultad a superar será lograr atravesar las corrientes cruzadas características de la región. La siguiente prueba llegará el 6 de noviembre de ese año y consistirá en nadar en el Lago del Desierto, en la provincia de Santa Cruz.

Este desafío se llevará a cabo en las inmediaciones de la frontera con Chile, para conmemorar un conflicto armado que se perpetró hace 50 años en ese valle entre Argentina y el país limítrofe.

Tanto los desafíos que González llevó a cabo en 2013 y 2014, como los que planea hacer realidad el año próximo requieren un gran esfuerzo físico y económico que es afrontado en su mayoría por el deportista.

“Llegar a conseguir sponsors es muy difícil, y no es que no lo haya intentado.

La mayoría de las empresas deportivas tienen ya sus sponsoreos hechos y no prestan atención. La mayoría de ellos, no contestan siquiera a la propuesta”, lamenta Rubén González.

Para afrontar los gastos del cruce del Canal de Beagle, el deportista confeccionó unas  camisetas con el logo del desafío  y las vendió entre amigos y familiares. “Con eso solventé algunos gastos”, contó el nadador, que en esa proeza unió Punta Mac Kinley (Argentina) con Punta Cabo Peña de la isla Navarino (Chile), en un tiempo de 20 minutos 50 segundos, a una temperatura acuática de 9 grados, contra 4 grados en la superficie.

Algo similar sucedió para poder viajar a la provincia de Santa Cruz, para nadar en la pared Sur del  Glaciar Perito Moreno sin protección térmica. “Vendí unos pines y el trabajo fue todo a pulmón. A último momento, un subdelegado de Isidro Casanova me contactó con una diputada que me ayudó con los pasajes para viajar”, explicó González.

En junio de este año, el deportista recibió el Premio Islas Malvinas entregado por el Congreso de la Nación Argentina debido a este logro.

Rubén González es uno de los dos nadadores argentinos que en la actualidad realizan este tipo de desafíos extremos. “Yo voy siempre representando a La Matanza”, dijo el nadador que además se desempeña como profesor de inglés en escuelas del Distrito y es guardavidas de la Cruz Roja.

La pasión por lo extremo


nadador“Todo comenzó a los cuatro años, cuando mi madre me llevaba a la pileta del club Almirante Brown, allí fue donde aprendí a nadar”, contó Rubén González sobre sus inicios en el deporte. En la misma línea, el deportista  agregó: “Luego comencé a competir para el equipo de ese club y obtuve menciones deportivas en los años ’89 y ’90 como mejor nadador”.

González  siguió su camino en el Club Bomberos Voluntarios, en el  Huracán de San Justo y en el Club Vélez Sarsfield. “Tuve muchas idas y venidas con la natación, pero siempre me fue bastante bien”, resumió González, que en la actualidad tiene 35 años y es miembro del equipo máster del club Sitas de Palomar.

“La idea de hacer algo importante siempre la tuve, sólo me faltaba tomar la decisión. Eso sucedió cuando María Inés Mato, mi entrenadora en este tipo de pruebas y la persona que más sabe sobre nadar en aguas frías de Argentina, me dio su apoyo”, señaló el nadador.

Para su primer gran desafío, nadar en el Canal de Beagle, González afrontó un duro entrenamiento que consistió en nadar en diferentes lugares de la costa bonaerense y en diferentes lagos de Bariloche. “El toque final fue nadar en una pileta con hielo a 10 grados para emular la temperatura del Beagle que se encontraba en 8 grados”, explicó el nadador.

Si bien los próximos desafíos llegarán en 2015, González ya está preparándose  tanto física como mentalmente. “Para el cruce del Estrecho de Gibraltar, entreno nadando más metros en cada sesión, incrementando un poco el tiempo de nado seguido para acostumbrar el cuerpo”.

El cruce del estrecho que une los continentes europeo y africano, puede llegar a durar más de cinco horas consecutivas. Semejante objetivo, lo llevan a entrenar hasta cuatro días por semana, y además toma clases de yoga, debido a la gran exigencia física y concentración que requiere un desafío extremo de estas características.

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