La UNLaM celebró el último encuentro de Cine-Debate del año con un balance positivo

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El Ciclo de Cine-Debate de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) celebro su último encuentro del año, y en esta oportunidad los participantes disfrutaron de la proyección de la película Mundo Alas -dirigida por León Gieco, Fernando Molnar y Nicolás Schindler- y tomaron el argumento del filme como disparador de un espacio de diálogo sobre la percepción de la discapacidad.

Mundo Alas, que cuenta el viaje iniciático de un grupo de jóvenes artistas con distintas discapacidades, sirvió para pensar sobre las diferentes miradas que existen sobre el mundo, conocer historias de superación y reflexionar sobre el esfuerzo que las personas con capacidades especiales deben empeñar para alcanzar las mismas oportunidades que otros individuos.

“La película fue especialmente incorporada al cronograma de trabajo debido a que, este año, hicimos eje en el arte y la inclusión acompañando la realización de la Bienal de Arte 2014”, explicó María Juana Tuzzi, coordinadora de los encuentros.

El Ciclo de Cine-Debate es una propuesta surgida de la Secretaría de Extensión Universitaria que se realiza desde el año 1999 y que cumple ampliamente con el objetivo para la cual fue diseñada. “Es todo un equipo que está trabajando con la meta de generar un espacio que ayude a las personas a establecer relaciones, a poder reflexionar, a salir del aislamiento y a tener nuevos proyectos”, afirmó Tuzzi.

Abiertos a toda la comunidad, las jornadas cuentan mayoritariamente con la asistencia de personas de la tercera edad “que comenzaron a abrirse a otros ámbitos de la UNLaM y a generar un cambio de vida”, celebró la docente. Y añadió: “Me da mucho placer escuchar lo felices que están de sentirse integrados en nuestra Universidad”.

Entre los participantes del último encuentro, se encontraba Teresa Disiabona, vecina de Ramos Mejía, quien expresó que el cine-debate le resulta “muy interesante porque uno tiene la posibilidad de analizar las películas paso a paso”. “Venir al cine-debate a uno le cambia la vida y es necesario, porque después de tantos años de cumplir con una rutina, llega una etapa en la que se pregunta qué hacer. Yo encontré la posibilidad de ser más humana”, manifestó.

Su compañera María Cristina Rosa De León, de la misma localidad, aseguró sobre este ciclo: “No quiero dejar de participar porque son realmente muy enriquecedores todos los aspectos humanos que se tienen en cuenta, con calidez, compañerismo y participación”.

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