El oficialismo ganó con margen, pero igual tendrá que replantear sus planes

Lo tendrá a Espinoza comoespinoza magario jefe del PJ de La Matanza pero sin ocupar ninguna función pública. De esta manera el Gabinete de Verónica Magario se rearmó junto con los objetivos a cumplir. La idea de reorganizarse y ganar espacios desde el impulso de los votos. 

Son muchos los rumores sobre lo que vendrá en pocas horas, apenas asuma Verónica Magario como la primera intendenta mujer del Partido de La Matanza reemplazando a su jefe político Fernando Espinoza en una transición de la que casi no se tienen certezas.
Parece que fue ayer nomás cuando el mandamás matancero salió a decir que quería gobernar la provincia de Buenos Aires y desde adentro hubo muchos que por lo bajo criticaron la audacia. La idea de Fernando Espinoza era saltearse un peldaño de la escalera recorrida por Alberto Balestrini -había sido diputado nacio-nal y luego vicegobernador-, y bajo ese objetivo se montó en una furiosa campaña. ¿Con qué contaba?: tener la presidencia del PJ bonaerense y el apoyo de algunos intendentes hasta ese momento fuertes le servían de empujón, además creía que el peso específico de La Matanza rebotaría cualquier posibilidad de negativa superior.
Pasó todo el verano 2015 haciendo campaña y recién meses después llegó aquel pedido de baño de humildad al que se negó. Las posibilidades se fueron achicando y lo colocaron -no era de su agrado- como candidato a vicegobernador en la fórmula encabezada por Julián Domínguez. Pero habría más: debería competir en internas con Aníbal Fernández.
El análisis de café que hace parte del peronismo matancero hoy es afirmar que Espinoza debería haber declinado su candidatura apenas se percibió que el Gobierno Nacional no le daría vía libre. Esas son teorías contrafácticas que hasta podrían considerarse de torpeza retardada. Si Fernando Espinoza hubiese cumplido la meta hoy todo el arco peronista lo estaría venerando como uno de los grandes visionarios de la región.

El porrazo

La idea de Verónica Magario intendenta era un compuesto que incluía al actual intendente como funcionario. Por aquel entonces, cuando la electa jefe comunal fue bendecida, el abanico de posibilidades era más amplio. Se hablaba de Espinoza como posible diputado nacional o vicegobernador.
Finalizadas las PASO y con Aníbal Fernández triunfante, las chances del intendente matancero se redujeron a ocupar un Ministerio en un potencial gobierno de Daniel Scioli, lo cual seguía sin ser poco. Cuando asomó el balotaje, el futuro político inmediato de Espinoza pasó a ser incierto, como lo es hoy lo que vendrá.

¿Y ahora?

Al asumir Verónica Magario debería hacer varios cambios en el Gabinete que respondía a Fernando Espinoza. Tal afirmación se fundamenta en la fuerte resistencia que la nueva intendenta encontró dentro de su propia fuerza. Varios pesos pesados del peronismo matancero jugaron a contramano de la decisión de Fernando Espinoza y esto preveía una gobernabilidad difícil para Magario en caso de mantener el mismo esquema.
Claro que todo aquel que sea movido de su función ya tenía una nueva ofici-na asegurada: se lo llevaría Fernando Espinoza al destino que llegara. El dilema es que ahora es sólo jefe del PJ y su tarea será reorganizar la cosa de acá a dos años.
Bajo las actuales circunstancias hay una suerte de mutua necesidad de paz. Verónica Magario no podrá hacer cambios rigurosos porque necesitará del apoyo del peronismo teniendo la Provincia y la Nación en manos del PRO. En tanto que los peronistas que se le oponían tampoco podrán mantener tal resistencia si es que quieren, al menos en una primera etapa, formar parte.
Así las cosas se vislumbra que no será fácil para Magario desde el día uno de su gestión. Todo dependerá de sus movimientos y capacidad de contención. La Matanza creció en estos años y un detenimiento en tal sentido pondría en riesgo futuros objetivos. Estará difícil y no serán tiempos de improvisaciones.

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