Así lo aseguró Belén Rozas, miembro de la organización popular. Y es que finalmente, la autopsia realizada al cuerpo de Rodolfo Orellana, confirmó que murió como consecuencia de un disparo, y no producto de una herida de arma blanca, como se había informado de manera preliminar desde el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. La muerte del hombre de 36 años, ocurrió durante una violenta represión que tuvo lugar en Ciudad Evita. Los testigos sindican una mujer policía como autora del disparo que terminó con la vida del hombre.
“Con el resultado de la autopsia salió la verdad que dijimos desde un principio, que a Rodolfo le disparan por la espalda, que esa bala sale por su rostro y en ese momento muere”, dijo Belén Rozas, referente de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), sobre el crimen de Rodolfo Orellana ocurrido durante un intento de toma de terrenos ubicados en Camino de Cintura y Autopista Ricchieri en la localidad el 22 de noviembre último. “Con todos los testimonios que pudimos escuchar en estos días, reconstruimos que esa madruga en el predio de Puente 12 había unas 200 familias en el momento en que desató la brutal represión.
En ese lugar ya había presencia policial y estaban armados”, manifestó Rozas. Según el relato de los testigos, a los efectivos de la policía bonaerense s ele sumó personal de infantería “que empezó a correr a la gente con balas de goma”. Luego llegarían las balas de plomo. Las pruebas no están sólo en el cuerpo de Orellana, sino que también hubo heridos por roces con postas de plomo. Una vez consumado el asesinato del militante de la CTEP, padre de 5 hijos, desde el Ministerio de Seguridad provincial se indicó que un informe médico preliminar había determinado que la víctima murió por una “lesión en el cuerpo compatible con un elemento punzante”.Pero apenas unas horas después, el procurador bonaerense, Julio Conte Grand, desmintió esa información y confirmó que la “autopsia preliminar” realizada a Rodolfo Orellana, determinó que murió por el impacto de un proyectil de arma de fuego.
El informe fue claro: la muerte de “Ronald” se produjo por el “ingreso de un proyectil de arma de fuego por la zona del omóplato, en la espalda y con salida por la zona facial a la altura de la nariz”, tal cual habían declarado los testigos presenciales ni bien ocurrió el hecho. “Es lo mismo que hicieron en 2002 cuando mataron a Darío (Santillán) y Maxi (Maximiliano Kosteki), instalar esa teoría de que los pobres se enfrentan hasta la muerte”, sentenció la referente social, al tiempo que agregó: “lo que sucedió fue un intento desesperado de las familias por tener un techo. Ahí no había bandas. Ese tipo de versiones se intentaron instalar para evadir las responsabilidades políticas que hay en este hecho”. Los testigos directos del hecho apuntan a una mujer policía, rubia, como autora del disparo que termino con la vida de Orellana. “Comenzó a disparar al suelo para intimidar a la gente, que comenzó a retroceder. Rodolfo tropieza, cae y en ese momento esta mujer le dispara por la espalda. La policía ve el cuerpo y decide retirarse”, detalló Rozas.
Según el relato de la mujer, la misma gente que intentaba reanimarlo, traslado a la víctima al Hospital Alberto Balestrini de Ciudad Evita. “Uno de los policías que estaba en la entrada de la guardia y no tenía vinculo con lo que estaba ocurriendo, mira el cuerpo y dice: ‘¿quién le disparo?’. Es uno de los detalles que mencionábamos antes de la autopsia, porque estaba claro que lo habían baleado”, destacó. Miembro de la Gremial de Abogados, Laura Taffetani es la asesora letrada de la familia Orellana. “Que una mujer policía entre y le dispare a una persona que está en el suelo, muestra como está la realidad en la Argentina. Hay una clara licencia de matar. Sí se maneja de este modo, es porque tiene respaldo”, fustigó.
“No tenían idea de lo que sucedía con esos terrenos”
El asesinato de Orellana, se produjo en el Sitio Arqueológico 3 Ombúes, tierras que vienen siendo foco de conflicto entre los vecinos que bregan por la protección del lugar y dos particulares, Isabel Carballo y Rolando Pardo, que llevan adelante la venta de esos terrenos de manera ilegal.
“Desde este colectivo, días atrás, se avisó tanto al Estado Nacional, Provincial y Municipal, la violencia perpetuada por Pardo, Carballo y su gente contra quienes están habitando desde hace ya tiempo los terrenos cercanos a los Ombúes, y también se alertó de un nuevo intento de ingreso de personas para asentarse sobre el yacimiento arqueológico que aun no ha sido delimitado ni protegido”, manifestaron a través de un comunicado desde el “Colectivo Tres ombúes” que fue emitido una vez que se dio a conocer el crimen del militante de la CTEP.En el escrito, desde la organización agregaron: “la muerte de Orellana, como la violencia que sufren los vecinos del lugar, es pura responsabilidad de todos los niveles del Estado por no accionar concretamente y de Rolando Pardo y María Isabel Carballo quienes, a pesar de haber sido alertados por la justicia en varias oportunidades, sólo quieren continuar haciendo dinero sucio a costa de la vida de las personas”.“Las familias no tenían idea de lo que sucedía con esos terrenos”, aseguró Rozas.
Además, la referente social señalo que “para nosotros, este tipo de situaciones muy normales, lamentablemente. La toma de terrenos es una respuesta espontanea a la necesidad urgente de acceder a un terreno y en estos casos la gente no investiga qué hay detrás de las tierras”. En la misma línea, la mujer añadió: “las organizaciones populares luchamos contra esto de manera cotidiana. Nos enfrentamos a los punteros, a las mafias que tiene la complicidad del estado”.Al cierre de esta edición, la asesora letrada de la familia Orellana realizaba un pedido formal para que la investigación por el asesinato de Rodolfo, quede en manos de la Justicia Federal. “Estamos en un contexto de crisis que le está haciendo muy mal al pueblo. Ya no se aguanta y la problemática de déficit de vivienda viene desde hace mucho tiempo. No vamos a permitir que una vez más se instale que somos los pobres los que nos matamos entre nosotros. Son ellos. Es la crisis que generan ellos, es la violencia con la que se manejan ellos y son las balas que disparan ellos”, sentenció Belén Rozas.