Como no podía ser de otra manera, la Bienal de Arte Integral (BAI) cerró su edición 2014 con una jornada cultural de gran nivel y el acompañamiento masivo del público.
Como sucediera durante los nueve días que se celebró esta mega muestra en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), una multitud se acercó a disfrutar del recital a beneficio que ofrecieron los Illya Kuryaki and The Valderramas.
La banda de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur fue protagonista central de una noche que se caracterizó por el clima de alegría, la excelente organización y la presencia de muchísimas familias.
“Nos pone muy contentos que hayan pensado en nosotros para este cierre, en un evento tan importante no solo para la Universidad sino también para esta zona del Conurbano”, expresó Horvilleur.
El músico manifestó su “doble alegría” por tocar fuera del circuito comercial y valoró “el trasfondo solidario” de la Bienal de Arte: “Hay varias cosas que nos gustaban del asunto y acá estamos, muy contentos”.
Los Kuryaki hicieron bailar a los fanáticos con sus temas más populares como Jaguar House, Chaco, Jennifer del Estero y Abarajame. Pero se ganaron la mayor ovación al interpretar Águila Amarilla, la canción dedicada a Luis Alberto Spinetta, mientras se veían imágenes de El Flaco en la pantalla gigante.
Los músicos dieron una hora y media de show, se mostraron muy cercanos con el público y agradecieron públicamente a los organizadores por haber sido invitados a formar parte de esta fiesta cultural.
La Secretaría de Extensión Universitaria, área responsable de la BAI 2014, informó la presencia de cerca de diez mil personas a lo largo de toda la jornada en la UNLaM.
Las actividades habían comenzado a la tarde, con recitales de diferentes bandas en dos escenarios de modo simultáneo, una exhibición de skate y acrobacias, y la presentación de un grupo de teatro en el playón del estacionamiento de la Universidad.
Es para destacar, además, el carácter solidario que tuvo la jornada, ya que el público canjeó sus entradas por alimentos no perecederos que luego serán donados al servicio de voluntarias del Hospital del Niño de San Justo.