Reclaman justicia por una adolescente que “murió por mala praxis en el Hospital Churruca”

melinapais-1Melina Belén Pais tenía 17 años y en noviembre de 2015 ingresó al nosocomio con un cuadro de apendicitis. A pocos minutos de entrar al quirófano, murió a raíz de una sobredosificación de un miorelajante que le fue inyectado.  La familia realiza eventos solidarios para recaudar fondos, ya que necesitan ayuda para cubrir los gastos que implica el proceso judicial. 

Melina Belén País tenía 17 años y vivía con su familia en Gregorio de Laferrere. “Era una nena super sana”, aseguró Fernanda Pérez, su mamá. El 17 de noviembre de 2015, la adolescente amaneció descompuesta. Había tenido vómitos y dolor en el abdomen.

Su mamá la llevó al Hospital Teresa Germani de Gregorio de Laferrere y allí el diagnóstico fue claro. Sufría una apendicitis y debía ser intervenida quirúrgicamente. Horas después, la joven fue trasladada por su familia al Hospital Churruca Visca, ubicado en Uspallata 3400, Capital Federal, centro médico que le correspondía por su obra social.

“Llegamos y comenzaron a hacerle todos los estudios prequirúrgicos. Todo salió bien. Ella estaba bien, preocupada porque yo no había comido en todo el día y en ese momento estaba embarazada de tres meses. El papá y yo le dimos un beso, y bajamos a comer algo a la confitería. A los 20 minutos me llamaron para que subamos porque ‘se había complicado’”, relató Fernanda Pérez.

Lo que siguió después, la mujer lo describe como “una pantomima”. Idas y venidas, “estamos haciendo todo lo posible”, “tiene pulso, pero su estado no es favorable, porque estuvo sin oxígeno por más de una hora”, “llamen a los familiares más cercanos” y otras frases resonaban en la sala de espera.

Luego de un rato, los profesionales salieron con la peor noticia. “No sabemos qué pasó con esta nena”, fue la excusa del anestesista. “Nos dijeron que aparentemente mi hija había tenido una trombosis pulmonar, que se había desestabilizado y entrado en paro”, recordó la mujer.  Pero nada cerraba. Los estudios preliminares habían dado bien y la adolescente no tenía enfermedades previas.

Además, la cirugía ni siquiera había comenzado.  A la joven sólo llegaron a inyectarle un miorelajante. “Melina murió a los 15 minutos de entrar al quirófano. Cuando me llamaron para que suba, mi hija ya había fallecido y estuvieron todo ese tiempo sin saber cómo hacer para decirnos”, aseguró la mujer.

De hecho, Fernanda Pérez escuchó durante varios minutos las explicaciones del cuerpo médico, pensando que su hija había quedado en coma. Hasta que se atrevió a preguntar: “¿Mi hija falleció?”. Una cirugía de rutina, que no implicaba ningún riesgo terminó con la vida de la joven, en cuestión de minutos.

Un momento de lucidez,

en un momento devastador

Con la peor noticia, los padres de Melina tomaron una decisión: realizar una autopsia. Pero solicitaron que no se realice en el mismo nosocomio y contrataron un perito forense para llevar a cabo el procedimiento de manera particular.

Los resultados patológicos develaron que Melina no padecía enfermedad alguna y los toxicológicos indicaron que la joven  había recibido una dosis cinco veces mayor a la correspondiente de una sustancia previa a la anestesia. La dosis fue mortal y aún estando en un quirófano los profesionales no pudieron reanimarla.

La causa quedó caratulada como “muerte dudosa”  se encuentra en el Juzgado Criminal de Instrucción N° 40. En un principio, entre médicos y anestesistas, hubo siete imputados, en la actualidad quedaron sólo dos, los anestesistas, que el próximo año irán a juicio oral.

“En el Churruca dicen que, al aplicarle la anestesia, Melina comenzó a sufrir convulsiones. Y que por una falla congénita falleció de un paro cardiorespiratorio”, había contado Walter Pais, papá de la joven.  Una vez iniciada la investigación, comenzaron a surgir incongruencias entre la historia clínica y los resultados de la autopsia. De hecho, la droga encontrada en el cuerpo de la joven, no es la que figura en el procedimiento que se llevó a cabo en el quirófano.

“Lo de mi hija fue una sobredosis, no llegaron a comenzar la cirugía porque falleció 20 minutos después de entrar al quirófano. Y una vez fallecida, la intubaron, cuando deberían haberlo hecho antes. Montaron una escena para  esconder. La mataron. Mi hija no tuvo chance de nada”, lamentó la mamá de la adolescente.

“Sin plata, no hay Justicia”

Desde el 17 de noviembre de 2015, la familia de Melina comenzó una verdadera odisea, en la que el dolor de haber perdido a su hija, se mezcla con la necesidad de salir a vender bienes para cubrir los gastos que implican el proceso judicial. Sobre todo el perito forense.

“Lamentablemente si no tenes plata no hay Justicia. ¿Cuántos casos habrá en los que todo queda en la nada? El papá de Melina tuvo la lucidez de pedir la autopsia y no permitir que se realice en el mismo hospital. Sino, esto quedaba en la nada”, manifestó Pérez.

Para solventar los gastos, el papá de Melina abrió una cuenta en el Banco Patagonia a nombre de Walter Pais, quienes deseen colaborar deben hacerlo a través de  de cuenta N° 10207198001. Además su familia realiza rifas y eventos solidarios. El fin de semana último, se realizó un evento homenaje a la joven, en el cual se proyecto un documental llamado “MB”, la vida de Melina Belén, a pocos días de la fecha de cumpleaños de la joven. La película fue realizada por su papá, Walter.

Los padres de Melina están separados y rehicieron sus vidas, dándole a la adolescente, hermanos de ambas partes. Al momento de perder a su hija, Fernanda estaba embarazada de tres meses. Victoria Belén nació el 17 de junio, casi un año después de la muerte de su hermana.

“Te das cuenta de algo tan simple, por unos médicos que no sé, querrían irse rápido o dijeron ‘es jovencita tira un poco a ojo de miorelajante, total se compone rápido’. Creo que así fue que se cagaron en la vida de ella y no sólo de ella en la mía su mamá, su papá y generaciones por que las hermanas de Melina van a sufrir siempre esta terrible pérdida”, lamentó la mujer.  Además de la pequeña Victoria, Melina era la hermana mayor de Guadalupe de 13 años,  Katerina de 10, Camila de 11 y Gastón de 3.

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