Destacan la excelente calidad de los profesionales y trabajadores, pero lamentan las pésimas condiciones en las que deben trabajar y atender a los pacientes.
Trabajadores de la Sala de Salud Ignacio Ezcurra de Villa Dorrego, ubicada en localidad de González Catán, reclaman que se incorporen profesionales y personal administrativo a la unidad sanitaria y que se mejoren las condiciones edilicias de la misma.
En la actualidad, por ejemplo, son las mucamas las que cubren los puestos faltantes, tanto en la recepción como en la farmacia, por ejemplo, mientras cuentan con un solo pediatra que atiende a 28 pacientes por día, cubriendo con esa cantidad la carga horaria que le corresponde. “Estamos a la espera de los concursos (para cubrir las vacantes)”, señaló Liliana Guevara, delegada gremial de la sala de salud.
Si bien se han realizado reclamos formales a la Secretaría de Salud local, en la unidad sanitaria, no hay respuestas, ni proyectos para ampliar la unidad sanitaria. “Es una gran pena, porque acá espacio hay y no creo que cueste tanto dinero”, lamentó Guevara.
Desde hace cuatro años, la sala cuenta con consultorios móviles, que llegaron como una solución provisoria que se transformó en permanente. Mientras los profesionales atienden adentro, los pacientes deben esperar afuera, situación que se complica los días de baja temperatura, extremo calor o lluvias.
Sin embargo, la situación se agudizó cuando parte de esos consultorios fueron destinados al Centro de Prevención de Adicciones (CPA) que también funciona en el lugar. “Ellos también necesitan su espacio y es una pena que se trabaje así, porque acá hay un patrimonio humano muy importante”, manifestó Guevara.
Uno de los pedidos es que se construya un vacunatorio que esté separado de las actuales instalaciones. “El problema es que se comparte la sala de espera, entonces, los chicos que van a vacunarse deben compartir el espacio con chicos que están enfermos, esperando que los atiendan. Entonces, somos un centro de salud, que no brinda salud”, dijo la delegada gremial.
La Unidad Sanitaria Ignacio Ezcurra brinda servicios de obstetricia, ginecología, odontología, cardiología, asistencia social y servicio de farmacia que además de remedios otorga leche a los beneficiarios de planes sociales. “Acá brindamos servicios de primer nivel, se brindan charlas, talleres. Esta sala se merece crecer, cumple una importante función social”, destacó Liliana Guevara.
En la unidad sanitaria están preocupados además, por el proyecto de trasladar el laboratorio a la sala de salud del barrio Oro Verde en Virrey del Pino. “¿Por qué obligar a los pacientes del barrio a viajar hasta allá? ¿Por qué sacar algo que acá funciona bien?”, interrogó Guevara.
Desde la unidad sanitaria no descartan realizar “una movida con los vecinos”, que implique la recolección de firmas para presentar un petitorio en la Secretaría de Salud local.
“El espacio está y creemos que en La Matanza se puede solventar la ampliación de la sala. La calidad humana es excelente. Lo que pedimos es mejorar las condiciones para trabajar mejor y brindar un mejor servicio”, culminó la gremialista.