Por Adolfo “Fito” Correa
La ciudad de San Justo, nacida para ser cabecera del distrito de La Matanza, hace algo más de 155 años, por voluntad de sus propios vecinos y que encontró un lugar físico para fundarse, en la tierras donadas por los herederos de don Justo Villegas, cuenta en su historia, con algunos hechos singulares, que la distinguen de otras localidades del Distrito, nacidas al calor de la llegada del tren, en su gran mayoría o Ciudad Evita, nacida fruto de un plan nacional, que encontró asiento en nuestro distrito.
Los inicios de San Justo, fueron pampa y cielo, grandes propietarios de tierras que en general no vivían aquí, trabajadores rurales, a más de pequeños propietarios y arrendatarios, que si lo hacían, pero en un pequeño numero, algo más de 3 mil para todo el Distrito en 1854. De ellos solo algunos cientos, para cuando se hizo la traza de la ciudad de San Justo y que continuó de este modo, hasta el censo de 1869. Luego llegamos a 4.500 habitantes para 1895, siempre en el total del Distrito y según censos nacionales, de los cuales solo una parte vivía en San Justo.
Es en este interín y porque de seguro ya las tertulias de los estancos, pulperías y bares de la época, no podían contener las aspiraciones de una ciudad que lentamente crecía y buscaba mejorar, es que nace la Sociedad de Protección Mutua de La Matanza, fundada el 1° de abril de 1887, hace 125 años, fogoneada por el crecimiento urbano de la ciudad y que funcionaba en la calle Tucumán, ( hoy Perú), en el predio que hoy ocupa CEMEFIR y que fue durante más de 30 años, hasta la llegada del Club Social, el lugar obligado de reunión de los sanjusteros, para lo que fuere, box, teatro, bailes, reuniones sociales, más tarde cine… en fin todo pasaba por allí, por el “Viejo Cabildo”, que así le decían los antiguos vecinos.
Una antigua casona, con un importante salón que se acondicionaba para lo que fuera, fue por años el refugio de los sanjusteros hasta la llegada de otras instituciones 30 años después y alguna de ellas, como el Club Almirante Brown, tuvo su sede allí y en reuniones realizadas allí mismo, es que se decide la compra de su sede definitiva.
Sufrió varios incendios, pues en sus instalaciones había mucha madera y las medidas de seguridad, no serían las mejores. Según relatos de Carlos Boragno, historiador de Ramos Mejía, apagando uno de esos incendios, debutan nuestros Bomberos Voluntarios, un 26 de julio de 1938, llamados desde la comisaría de San Justo. Finalmente, hacia mediados de los años 50, se extingue su actividad, opacada por el surgimiento de nuevas instituciones y por un último incendio que decretó su final.
Nombraremos aquí, socios fundadores de esta entidad, como un acto de justicia y respeto hacia ellos. Jacinto Nicora, Luis Sciutto, Juan Massuco, Santos Nessi, Vicente Capurro, José Barbarito, Silverio Torrado, Juan Nicolini. A todos ellos y a los cientos de socios y directivos imposible de nombrar en esta breve síntesis recordativa de los 125 años de fundación de nuestra primer asociación civil en la ciudad de San Justo, nuestro más cálido recuerdo y agradecimiento.
-Datos aportados por, Norberto Chamorro,
don Luis Gorra, Perla Sosa y Leonor Lezcano.
-Fotos del Archivo CEHLAM.