Los robos y ataques a edificios escolares se multiplicaron en diversas localidades del Distrito.
Se buscará fortalecer el rol de los corredores escolares para prevenir hechos de inseguridad en los establecimientos.
Por Soledad Martínez
smartinez@periodicosic.com.ar
El 11 de abril último, un grupo de delincuentes ingresó al Jardín Nº 1018 del Barrio Parque Leloir de la localidad de Virrey del Pino. Allí no sólo robaron todo lo que pudieron; equipos de audio computadoras y material didáctico entre otras cosas, sino que intentaron incendiar el establecimiento.
Una vez consumado el robo, los ladrones habían dejado listo un dispositivo casero, que tenía como finalidad provocar una explosión, la cual no sucedió debido a que la llave general del suministro de gas estaba cerrada.
El hecho conmocionó a toda la comunidad educativa. Sobre todo por la animosidad y deseo de destrucción de los delincuentes, que no conformes con llevarse objetos de valor tenían la intención de destruir el edificio.
Un hecho similar había ocurrido el 5 de marzo en la ESB N° 27 de Villa Dorrego, en González Catán. Allí un grupo de vándalos ingresó por los techos sin intenciones de robo, y una vez adentro provocaron un incendio que destruyó parte del edificio. La comunidad educativa organizó jornadas solidarias e invitó a la población a colaborar con la refacción del edificio, mesas y sillas. Además, se pintó un mural en repudio a lo sucedido.
Los casos del Jardín N° 1018 Y la ESB N° 27, son sólo dos ejemplos de una situación que se viene repitiendo en diversos puntos del Distrito; robos y destrozos en escuelas públicas.
“Hoy la inseguridad existe y no puede negarse. Es permanente y está latente en toda la Provincia. Por eso, La Matanza no está ajena a esto. De hecho el gobernador Daniel Scioli decretó ‘la emergencia en seguridad’. Si bien se está haciendo mucho desde la Nación, la Provincia y el Municipio, se deben seguir optimizando los recursos y herramientas (patrullajes, operativos de control, cámaras de seguridad, etc), para erradicar la delincuencia no sólo hacia los vecinos, sino también a las escuelas”, dijo Sabrina Arias, consejera escolar de Virrey del Pino y 20 de Junio.
“Estas situaciones de violencia se dan por una multiplicidad de causas, que se han sucedido años atrás y que tuvieron que ver con la falta de empleo y por consiguiente falta de salud, de alimentación, de educación, etc. La sociedad estaba excluida de todo a causa de la grave situación económica que atravesaba el país”, explicó Sabrina Arias.
Por otra parte, contó que “en los últimos fines de semana largo, nos han atacado varias escuelas, que no sólo han sufrido robos sino también destrozos y hasta intentos de incendio”. Uno de los primeros casos registrados este año, fue el de la Escuela Secundaria Básica Nº 15, también de Virrey del Pino. El establecimiento sufrió robos en enero y febrero, con sólo unas semanas de diferencia.
Los corredores escolares
Una de las herramientas que buscan implementar para la prevención de hechos de inseguridad en las escuelas del Distrito son los denominados “corredores escolares”, que se llevan a cabo con las patrullas municipales con el objetivo de acompañar a los alumnos en el ingreso y egreso al establecimiento educativo.
“Actualmente estamos llevando adelante una serie de reuniones con el titular de Seguridad Ciudadana del Municipio Carlos Oshinger, para extender y profundizar la tarea de los corredores escolares en todo el Distrito”, señaló Sabrina Arias.
En la misma línea, Arias agregó: “Desde el ámbito de la educación se está trabajando permanentemente con fuerzas de seguridad. Se realizan reuniones, charlas de prevención, y hasta en algunos casos se han acercado comisarios, jefes de calles y foros de seguridad, por pedidos de las escuelas, para conversar con las familias, docentes y alumnos en el mismo establecimiento.
Una vez que se producen este tipo de hechos, los docentes y directivos se enfrentan a una situación doblemente traumática. Primero, encontrarse con la escuela que ha sido violentada, y luego decidir si puede continuar con el dictado de clases, dependiendo de la gravedad de los hechos.
Además, el hecho de inseguridad es tomado como eje de reflexión en las escuelas. “El cuerpo docente es el que notifica, muestra y ejecuta charlas de concientización, debates y planes de acción con los alumnos, para evitar nuevos ataques”, explicó la consejera escolar.
El caso del Jardín 1018
El Jardín 1018 está ubicado en la calle República de Zambia, entre Osiris y Newton, del barrio Parque Leloir de Virrey del Pino y fue inaugurado en abril de 2013. A pocos días de cumplir su primer año, los auxiliares y docentes del establecimiento se encontraron con un escenario devastador el 11 de abril último.
El robo y ataque se produjo durante un fin de semana. Si bien la alarma del establecimiento sonó, la policía no intervino. Luego de tomar computadoras, equipos de audio, computadoras, ventiladores, mobiliario, material didáctico y hasta prendas de vestir pertenecientes a los chicos, los ladrones abrieron las llaves de gas y prepararon un dispositivo con fósforos, para que se produjera la explosión. Si bien la caja de fósforos llegó a prenderse y provocó una llama importante, la explosión no se produjo porque la llave de corte general del establecimiento estaba cerrada.
Sabrina Arias tiene a su cargo cooperativistas de Argentina Trabaja, programa a través del cual se realizan tareas de mantenimiento en establecimientos educativos de La Matanza. “Es muy positivo para la comunidad ver la escuela del barrio prolija y aún más para los alumnos que concurren al edificio y sienten comodidad en su ámbito de estudios. Y es duro, cuando recibimos estos golpes, que roben o destrocen las escuelas que tanto trabajo cuesta tenerlas lindas, es inexplicable. Se siente primero tristeza, pero también indignación y mucha angustia”, manifestó Arias.