Silvana Rearte vive en el barrio Atalaya de Isidro Casanova, junto a sus dos hijos y su marido, quienes fueron diagnosticados con síndrome de Asperger. Desde hace varios años Silvana trabaja en proyectos para buscar la inclusión de personas con autismo al mundo laboral, además de utilizarlo como una terapia.
Por Maricel Pisa
mpisa@periodicosic.com.ar
Silvana Rearte vive en Isidro Casanova, junto a sus dos pequeños hijos y a su marido, quienes tienen el síndrome de Asperger. Su marido es el sostén de familia, pero además ella se dedica laboralmente en un taller donde confeccionan distintos elementos realizados con fibrofácil.
Es así que Silvana comenzó a diagramar un proyecto para lo inmediato, y otro a largo plazo. El primero de ellos consta en construir un taller más amplio para continuar con la elaboración de piezas en fibrofácil, pero contando con un espacio más amplio para que ese emprendimiento personal pueda convertirse en la fuente de empleo de jóvenes y adultos con autismo, principalmente. Sin embargo, la idea es también darle esa oportunidad a personas con capacidades especiales.
El objetivo de ese proyecto es que los chicos puedan destinar tiempo para concentrarse en el armado de las piezas, tomando esa actividad como una terapia, además de enseñarles un oficio, para que puedan comenzar a tener independencia económica, y puedan insertarse en el mercado laboral.
Al respecto, Silvana, quien se encuentra estudiando Psicología Social para sumar herramientas en el plano teórico y práctico, mencionó a este periódico: “Algunas veces los médicos te dicen que uno va a tener que estar siempre detrás de los chicos, que no van a poder independizarse, pero no es así, acá está la prueba de que no es así, mi marido es el sostén de la familia, y es técnico en refrigeración, es muy inteligente”.
Es así que “se me ocurrió esa idea de darle a las escuelas donde hay chicos con TGD para que hagan algo así como laborterapia, ellos son capaces, y las escuelas donde averigüé no hay ese tipo de taller (de oficio), si de música o de arte”, reflexionó Rearte.
“Este es un trabajo para hacer con gente con paciencia, y estos chicos les sobra el tiempo y la paciencia, y cuando se enganchan lo van haciendo, y aprenden un oficio”, añadió Silvana.
El segundo proyecto, más ambicioso pero no imposible, si se realizan todos los pasos para conseguirlo con trabajo y dedicación, es crear “de aquí a cinco años una escuela taller que sirva como conducto de inserción social, sería una escuela de formación, con distintos talleres, como los de carpintería, entre otros, para chicos con autismo o asperger, o con capacidades especiales”, explicó Rearte. Además, la institución estaría avalada y conformada por profesionales de distintas áreas, “se entregarían certificados de estudio, pero eso nos vas a llevar más tiempo para encuadrarlo en los papeles”, añadió.
Creciendo
Hasta el día de hoy el taller de Silvana ocupa una de las habitaciones de su vivienda, por eso el objetivo es agrandarlo o construir otro espacio en ese lugar para que más personas puedan acercarse.
“La idea es que yo pueda dar trabajo a las escuelas donde están los chicos con TGD, gente grande, también se destinaría a adictos en recuperación, y a su vez para ayudar a las comunidades donde ellos estén, dar trabajo a los chicos que tienen poca inserción en la sociedad, para darles una oportunidad”, comentó Silvana. Además, dijo: “Hay muchas personas que son sostén de familia que están cartoneando o juntando botellas, y yo les puedo dar trabajo, pero no tengo el espacio”.
“Aparte quisiera dar cursos vinculados con ellos, como manejar el material, como venderlo, como una terapia y como una salida laboral”, detalló Silvana.
Entre todos
Toda persona que quiera comprometerse con el proyecto será bienvenido, según las palabras de Silvana. Y quienes deseen aportar “su granito de arena” ayudará a construir ese espacio que le será útil a muchas personas.
Para la construcción necesitan bolsas de arena, ladrillos, cemento, y la mano de obra. La edificación tendría una dimensión de cinco metros por diez metros.
También les será de utilidad la donación de máquinas tipo caladora, estantes de madera o de metal, fibro fácil de 3, 5, 9, o 18 milímetros, cola vinílica reforzada para madera, clavos des de 1 cm a 5 cm, las hojas de sierra de las caladoras, y lijas.
En tanto, que “cualquier elemento para reciclar, nosotros lo restauramos y se lo llevamos a escuelas, instituciones del barrio”.
Más actividades
Además de los proyectos sociales ya expuestos previamente, Silvana contó a S!C que también organizan “mesas de chocolatada” para que los son todos iguales, y a mi hijos eso le sirvió mucho apara adelantar, hay que llevarlo a todos lados, ayudarlos a que lo integren”.
más chicos puedan compartir con los nenes del barrio, esa es una oportunidad para que quienes tienen autismo puedan relacionarse con otros chicos. En palabras de Silvana, “esto es para que los chicos que tengan autismo se reúnan con los chicos del barrio, cuando otros chicos les dan la oportunidad de integrarse, no se notan las diferencias, son todos iguales, y a mi hijos eso le sirvió mucho apara adelantar, hay que llevarlos a todos lados, ayudarlos a que lo integren”.
Tapitas
En tanto que otra forma de colaborar con la causa es juntar tapitas plásticas que son vendidas a una recicladora, con el fin de reunir fondos para agrandar el taller. Según indicó Silvana necesitan alrededor de dos mil kilos de tapitas.
Contacto
Para comunicarse con Silvana Rearte, pueden enviar un mail a ideas.enfibro@hotmail.com.ar o llamar al 15.6996.2480.